miércoles, 9 de septiembre de 2015

¿Quien está primero: Los hijos o el esposo? Una respuesta bajo los principios bíblicos.




Hace unos meses compartimos una publicación donde preguntábamos ¿Quién está primero: los hijos o el esposo? lo hicimos para entender el orden de prioridades familiares de nuestros lectores a fin de orientarlos a hacer las cosas al modo de Dios y no al modo particular.

Lastimosamente en todas las comunidades en las que compartimos dicha publicación la gran mayoría de las personas mezclaron sus sentimientos con la realidad y contestaron, algunos hasta con tono de enojo, que los hijos deben ir primero que el cónyuge; para esto tomaron como punto de partida los antivalores que el sistema mundano ha creado en los matrimonios.


Por esta clase de pensamientos es que se reproduce cada vez más el deterioro familiar, fomentando el individualismo.

El Ministerio Siguiendo los Pasos de Jesús no tiene la intención de que cada persona piense igual que nosotros; nuestra intención es que las personas puedan llevar una línea de pensamientos y comportamientos como está establecido en las escrituras, (la Biblia, la Palabra de Dios) ya que ésta es el manual de vida de todos los seres humanos, allí podemos conocer el carácter de Dios. 

Por ello, aquí traemos nuestra respuesta sustentada en la Biblia. Es nuestro deseo que le permitan al Espíritu Santo ministrar sus corazones y así ver las cosas como Dios las ve y las estableció.

¿Cuál debe ser el orden de las prioridades en nuestra familia?

(desde la posición del cónyuge)

La Biblia no nos señala paso a paso el orden para las relaciones prioritarias. Sin embargo, aún así podemos mirar las Escrituras para ver los principios generales para la priorización de nuestras relaciones. Obviamente Dios está primero: Deuteronomio 6:5 Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas.” Si todo el corazón, el alma y la fuerza de uno está comprometido a amar a Dios, Él es la prioridad número uno. (Aclaramos esto ya que varios de nuestros lectores se quejaron de por qué no dijimos que Dios es primero en nuestras vidas; y no lo hicimos porque en este caso específico nos referíamos a la familia).

Si estás casado(a), tu esposa(o) viene después de Dios. Un hombre casado debe amar a su esposa como Cristo amó a la iglesia (Efesios 5:25). La prioridad número uno de Cristo –después de obedecer y glorificar al Padre– fue la Iglesia. Aquí está un ejemplo que los esposos deben seguir: Primero Dios, después su esposa. De la misma manera, las esposas deben estar sujetas a sus esposos “como al Señor” (Efesios 5:22). De esto podemos deducir el principio de que en sus prioridades, su esposo es secundario solo a Dios. 

Si esposos y esposas son secundarios solo a Dios en nuestras prioridades, y siendo que un esposo y una esposa son una sola carne (Efesios 5:31), se deduce que el resultado o fruto de esa relación matrimonial –hijos– deben ser la siguiente prioridad. Los padres deben criar hijos piadosos quienes serán la siguiente generación de aquellos que amen al Señor con todo su corazón (Proverbios 22:6; Efesios 6:4), mostrando una vez más que Dios es la primera de nuestras prioridades y todas las demás relaciones deben reflejar eso.

Si los hijos crecen viendo que sus padres se aman y se cuidan el uno al otro, ellos estarán aprendiendo con su ejemplo que el matrimonio es una relación muy importante y que por lo tanto merece especial atención. De esta forma lo más probable es que ellos mismos tengan bien presente este principio y lo respeten al formar su propia familia. 
"Si los hijos crecen viendo que sus padres se aman y se cuidan el uno al otro, ellos estarán aprendiendo con su ejemplo que el matrimonio es una relación muy importante" 
Hacemos la aclaración de que en el caso de que una persona no tenga cónyuge por algún motivo y tenga hijos, es de suponer que después de Dios la prioridad sean sus hijos. 

Entonces, cuando nos fijamos podemos ver que el diseño de Dios para la familia fue establecido en un orden de prioridades que beneficia su crecimiento espiritual considerando que si todos sus integrantes permanecen en amor y temor a Dios, ésta permanecerá bajo su voluntad y cuidado. 

En conclusión, el orden escritural de prioridades en una familia es… Dios - esposo(a) - hijos. 

¡Dios les bendiga!