Hace unos meses compartimos una publicación
donde preguntábamos ¿Quién está primero: los hijos o el
esposo? lo hicimos para
entender el orden de prioridades familiares de nuestros lectores a fin de
orientarlos a hacer las cosas al modo de Dios y no al modo particular.
Lastimosamente en todas las comunidades en
las que compartimos dicha publicación la gran mayoría de las personas mezclaron
sus sentimientos con la realidad y contestaron, algunos hasta con tono de
enojo, que los hijos deben ir primero que el cónyuge; para esto tomaron como
punto de partida los antivalores que el sistema mundano ha creado en los
matrimonios.
Por esta clase de pensamientos es que se
reproduce cada vez más el deterioro familiar, fomentando el individualismo.
El Ministerio Siguiendo
los Pasos de Jesús no tiene
la intención de que cada persona piense igual que nosotros; nuestra intención
es que las personas puedan llevar una línea de pensamientos y comportamientos
como está establecido en las escrituras, (la Biblia, la Palabra de Dios) ya que
ésta es el manual de vida de todos los seres humanos, allí podemos conocer el
carácter de Dios.
Por ello, aquí traemos nuestra respuesta
sustentada en la Biblia. Es nuestro deseo que le permitan al Espíritu Santo
ministrar sus corazones y así ver las cosas como Dios las ve y las estableció.
¿Cuál debe ser
el orden de las prioridades en nuestra familia?
(desde la
posición del cónyuge)
La Biblia no nos señala paso a paso el
orden para las relaciones prioritarias. Sin embargo, aún así podemos mirar las
Escrituras para ver los principios generales para la priorización de nuestras
relaciones. Obviamente Dios está primero: Deuteronomio 6:5 “Y amarás a Jehová
tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas.” Si
todo el corazón, el alma y la fuerza de uno está comprometido a amar a Dios, Él
es la prioridad número uno. (Aclaramos esto ya que varios de nuestros lectores
se quejaron de por qué no dijimos que Dios es primero en nuestras vidas; y no
lo hicimos porque en este caso específico nos referíamos a la familia).
Si estás casado(a), tu esposa(o) viene
después de Dios. Un hombre casado debe amar a su esposa como Cristo amó a la
iglesia (Efesios 5:25). La prioridad número uno de Cristo –después de obedecer
y glorificar al Padre– fue la Iglesia. Aquí está un ejemplo que los esposos
deben seguir: Primero Dios, después su esposa. De la misma manera, las esposas
deben estar sujetas a sus esposos “como al Señor” (Efesios 5:22). De esto podemos
deducir el principio de que en sus prioridades, su esposo es secundario solo a
Dios.
Si esposos y esposas son secundarios solo
a Dios en nuestras prioridades, y siendo que un esposo y una esposa son una
sola carne (Efesios 5:31), se deduce que el resultado o fruto de esa relación
matrimonial –hijos– deben ser la siguiente prioridad. Los padres deben criar
hijos piadosos quienes serán la siguiente generación de aquellos que amen al
Señor con todo su corazón (Proverbios 22:6; Efesios 6:4), mostrando una vez más
que Dios es la primera de nuestras prioridades y todas las demás relaciones
deben reflejar eso.
Si los hijos crecen viendo que sus padres
se aman y se cuidan el uno al otro, ellos estarán aprendiendo con su ejemplo
que el matrimonio es una relación muy importante y que por lo tanto merece
especial atención. De esta forma lo más probable es que ellos mismos tengan
bien presente este principio y lo respeten al formar su propia familia.
"Si los hijos crecen viendo que sus padres se aman y se cuidan el uno al otro, ellos estarán aprendiendo con su ejemplo que el matrimonio es una relación muy importante"
Hacemos la aclaración de que en el caso de
que una persona no tenga cónyuge por algún motivo y tenga hijos, es de suponer
que después de Dios la prioridad sean sus hijos.
Entonces, cuando nos fijamos podemos ver
que el diseño de Dios para la familia fue establecido en un orden de
prioridades que beneficia su crecimiento espiritual considerando que si todos
sus integrantes permanecen en amor y temor a Dios, ésta permanecerá bajo su
voluntad y cuidado.
En conclusión, el orden escritural de
prioridades en una familia es… Dios - esposo(a) - hijos.
¡Dios les
bendiga!