Este es un tema muy debatido hoy en día entre los creyentes, sobre todo de la denominación pentecostal o carismática; pero vamos a ver qué dice la Palabra de Dios al respecto.
Lo primero que debemos analizar son las
siguientes preguntas: ¿Qué dice la Biblia sobre la promesa del Espíritu Santo?,
¿Cuándo somos aptos para recibir dicha promesa?, ¿Por qué es necesario ser
llenos del Espíritu Santo? y ¿Cómo se manifiesta la llenura o el poder del
Espíritu Santo en nosotros?.
En Lucas 3:2-3 dice lo siguiente:
"En esos días Dios le habló a Juan
hijo de Zacarías en el desierto. 3 Juan fue entonces por toda la
región cercana al Jordán, y predicaba el bautismo de arrepentimiento para el
perdón de pecados". Juan el bautista predicó el bautismo de
arrepentimiento para el perdón de los pecados y explicó a qué se refería dicho bautismo.
En el versículo 8 de este mismo capítulo 3 de Lucas, Juan dice a quienes lo
escuchaban, que debían dar frutos dignos de arrepentimiento. En el evangelio de
Mateo 3:6 dice que la gente confesaba sus pecados y Juan los bautizaba en las
aguas, los sumergía como símbolo de su confesión y arrepentimiento. Este es el
primer bautismo que predicó Juan, arrepentirse de una vida alejada de Dios y
dar frutos de dicho arrepentimiento.
En el versículo 11 de Mateo 3, Juan
dice que su bautismo en agua era solo la señal del arrepentimiento, pero que ese
era el primer paso, el paso siguiente y que sería el máximo, es que vendría uno
más poderoso que él, que haría un segundo bautizo, el bautizo con el Espíritu
Santo y fuego.
A quien Juan se refería era a Jesucristo
que más adelante se acercaría a Juan para que lo bautizara, y cuando Juan
observa que Cristo se le acerca, inmediatamente lo reconoce en su espíritu y le
dice en el verso 14 del capítulo 3 de Mateo: eres tu el que tiene que
bautizarme a mí y no yo a ti. Cristo le dice: «Por ahora, déjalo así, porque conviene que cumplamos toda justicia.»
Entonces Juan aceptó. Todos sabemos que Cristo no tenía nada de qué
arrepentirse y que, por lo tanto, no tenía que bautizarse pero Él mismo responde
que era necesario porque así reconocía y aprobaba el bautismo en las aguas e
inauguraba su ministerio formalmente.
Ahora bien, ¿qué sucede después de que
Cristo se bautiza en las aguas? Dicen los versículos 16 y 17 de Mateo 3: 16 Después de ser bautizado, Jesús
salió del agua. Entonces los cielos se abrieron y él vio al Espíritu de Dios,
que descendía como paloma y se posaba sobre él. 17 Desde los cielos
se oyó entonces una voz, que decía: «Éste es mi Hijo amado, en quien me
complazco.» Cristo nos dio el primer ejemplo de lo que debíamos hacer,
primero confesar nuestros pecados, arrepentirnos, bautizarnos en las aguas, dar
frutos de ese arrepentimiento y luego vendría el segundo bautismo que se
ejemplifica al descender el Espíritu de Dios en forma de paloma sobre Cristo.
El
Apóstol Pedro, en Hechos 10:37-38 dice: 37 Ustedes
bien saben que, después del bautismo que predicó Juan, este mensaje se divulgó
por toda Judea, a partir de Galilea. 38 Ese mensaje dice que Dios
ungió a Jesús de Nazaret con el Espíritu Santo y con poder, y que él anduvo
haciendo el bien y sanando a todos los que estaban oprimidos por el diablo,
porque Dios estaba con él. Como dije anteriormente, Cristo fue quien
primero ejemplificó ser lleno del poder del Espíritu Santo luego del bautismo
en las aguas y a partir de ahí, Cristo
comenzó a predicar el evangelio y a hacer grandes señales. En Juan 14:15-17, Cristo dice lo siguiente: 15 »Si me aman, obedezcan mis
mandamientos. 16 Y yo rogaré al Padre, y Él les dará otro Consolador,
para que esté con ustedes para siempre: 17 es decir, el Espíritu de
verdad, al cual el mundo no puede recibir porque no lo ve, ni lo conoce; pero
ustedes lo conocen, porque permanece con ustedes, y estará en ustedes.
Cristo dice en el versículo 15: si me aman, obedézcanme,
el que obedece a Cristo, da frutos y vive como Cristo vivió, obedeciendo al
Padre. Ahora bien, Cristo dijo que obedeciéndole ellos recibirían el espíritu
de verdad, o sea, los discípulos de Jesús y todo el que recibía el evangelio,
se arrepentía y era bautizado, obedecían el evangelio y daban frutos. Pero aun
faltaba algo, el segundo bautizo que era la llenura del Espíritu Santo, el cual
les daría poder para hacer todas las señales y más que hizo Cristo, esa es la
promesa del Espíritu Santo.
¿Cuándo
llegaría esa promesa? Lucas, en Hechos 1:4, dice que Cristo les había ordenado
a sus discípulos que no se fueran de Jerusalén, que esperaran la promesa del
Padre, la cual Él les había dicho en el verso 16 de Juan 14. También les
dice en Hechos 1:5: Como saben, Juan
bautizó con agua, pero dentro de algunos días ustedes serán bautizados con el
Espíritu Santo. Desde el bautismo de Juan, ésta era la promesa. Primero fue
mencionada por los profetas como el caso del profeta Joel (ver Joel 2:28-32),
luego por Juan y luego por Cristo hasta su cumplimiento. Ya la promesa había
sido dada y las instrucciones de que debían esperar el cumplimiento así como lo
esperó Cristo hasta los 30 años a modo de ejemplo para nosotros, primero se
bautizó en las aguas y después descendió el Espíritu Santo sobre Él, así mismo
descendería sobre sus discípulos para seguir lo que Él había iniciado.
Entonces,
¿Por qué es necesario ser llenos del Espíritu Santo? ¿Por qué Cristo les ordenó a sus discípulos que esperaran a recibir la promesa? En Hechos 1:8 dice: Pero cuando venga sobre
ustedes el Espíritu Santo recibirán poder, y serán mis testigos en Jerusalén,
en Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.» Estas fueron
las palabras de Cristo antes de elevarse y ser recibido en el cielo.
La finalidad de la llenura del Espíritu Santo
es:
ü Darnos el poder para ser testigos de Cristo en toda la tierra,
ü Hablar con denuedo de su Palabra,
ü Llevar a las personas al arrepentimiento,
ü Que sean bautizados,
ü Que den frutos de su arrepentimiento
ü Y que reciban también al Espíritu Santo.
Ahora
bien, ya dijimos que llenura es poder para ser testigos de Cristo, pero, ¿Cómo
se manifiesta ese poder del Espíritu Santo? El Apóstol Pablo en su primera
carta a los Corintios, capitulo 12, habla sobre los dones espirituales y en el
versículo 7, la Nueva Traducción Viviente dice: A cada uno de nosotros se nos da un don espiritual para que nos
ayudemos mutuamente. Los dones son la manifestación del poder del Espíritu
Santo en nosotros y son diversos. Dice el verso 8 a unos el Espíritu Santo les
da sabiduría, a otros conocimiento, fe, sanidad, milagros, profecía,
discernimiento de espíritus, diversos dones de lenguas y a otros interpretación
de dichas lenguas.
Todos y cada uno de los dones tienen como
finalidad lo que mandó Cristo, que usemos ese poder para que la gente lo vea a ÉL
en nosotros y que su poder esté activo en nosotros y que también lo usemos para
ayudarnos los unos a los otros, para edificar a la iglesia. 1 Pedro 4:10-11 dice: 10 Ponga cada uno al servicio de los demás el don que haya
recibido, y sea un buen administrador de la gracia de Dios en sus diferentes
manifestaciones. 11 Cuando hable alguno, hágalo ciñéndose a las palabras
de Dios; cuando alguno sirva, hágalo según el poder que Dios le haya dado, para
que Dios sea glorificado en todo por medio de Jesucristo, de quien son la
gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén. Para eso es el poder
de Dios en nosotros manifestado con el Espíritu Santo.
Llegados a este punto es importante aclarar
lo siguiente como respuesta a nuestro tema principal o la pregunta cabecera de
este artículo. 1 Corintios 12:28-31 dice: 28 En
la iglesia Dios ha puesto, en primer lugar, apóstoles, luego profetas, y en
tercer lugar, maestros; luego están los que hacen milagros, después los que
sanan, los que ayudan, los que administran, y los que tienen don de
lenguas. 29 ¿Son todos apóstoles? ¿Son todos profetas? ¿Son todos
maestros? ¿Hacen todos milagros? 30 ¿Tienen todos dones de sanidad?
¿Hablan todos lenguas? ¿Interpretan todos? 31 COMO NO ES ASÍ, ustedes
deben procurar los mejores dones. Pero yo les muestro un camino aun más
excelente" (Énfasis
añadido). No todos tendrán todos los dones, el don de lenguas es un don que
Pablo habla claro sobre su uso en el capítulo 14 de 1 Corintios y así como lo
dice aquí en este capítulo 12, el don de lenguas es sólo uno de los dones.
En Efesios 1:13-14 dice: 13 También ustedes, luego de haber oído
la palabra de verdad, que es el evangelio que los lleva a la salvación, y luego
de haber creído en él, fueron sellados con el Espíritu Santo de la
promesa, 14 que es la garantía de nuestra herencia hasta la redención
de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria. El primer requisito
es haber oído la palabra, el evangelio de salvación, luego de oírlo, hay que
creer en Él y vivir como lo establece el evangelio. Luego de esto, dice Pablo
que somos sellados con el Espíritu Santo de la promesa.
Termino con lo que dice 1 Corintios 12:13: Por un solo Espíritu todos fuimos bautizados en un solo cuerpo,
tanto los judíos como los no judíos, lo mismo los esclavos que los libres, y a todos se nos dio a beber de un mismo
Espíritu. (Negritas propias). Después de nuestro arrepentimiento, de
escuchar y creer en el evangelio de Cristo, TODOS fuimos bautizados por el Espíritu
Santo y su poder se manifiesta de diferentes formas con distintas finalidades
de acuerdo a la voluntad del Espíritu Santo (Ver 1 Corintios 12:11). Por lo
tanto, no es obligatorio hablar en otras lenguas para confirmar que el Espíritu
Santo habita en nosotros pues no todos hablarán en lenguas. El poder del Espíritu
Santo se manifestará en nosotros de acuerdo al propósito de Dios.
¡¡Dios les bendiga!!
Por Daniel Mercedes
Daniel Mercedes es graduado de ingeniería
civil en el año 2007, esposo de María Cristina Morales y padre de dos niñas. Es
siervo de Jesucristo por Su misericordia desde el 24 de Febrero del 2008 y es
miembro de la iglesia Mahanaim de La Romana, República Dominicana, en donde es
maestro de escuela dominical desde el año 2010. Contáctalo en Twitter en @danielmercedes