Esta práctica consiste en lo
siguiente: cuando un predicador está en medio del sermón y dice alguna palabra
que alguien la considera buena o “poderosa” esa persona va y deposita dinero al
pie del altar o del púlpito; generalmente a esa persona le siguen otras
haciendo lo mismo; el objetivo de esto es para que la palabra dicha por el
predicador se cumpla en la persona que “sella” la palabra con su ofrenda.
"Sellando la palabra"
Hoy día la Iglesia de Cristo
parece haberse contaminado con modalidades o acciones de algunos que osan
reinventar las Sagradas Escrituras. Una de estas nuevas modalidades se trata,
como según lo llaman, de "sellar la Palabra". Las preguntas a
hacernos son: ¿Se puede sellar lo que ya ha sido sellado por el Espíritu Santo?,
¿Es lícita esta práctica?, ¿Es así como Dios obra en la vida de una persona?
¿Si una persona “sella” una palabra dicha por un predicador, esta ha de
cumplirse en ella? ¿Todo lo que una persona necesita para que la palabra de
Dios obre en sus vidas es pagar por ella?
¿Algún texto bíblico apoya esta práctica?
En el capítulo 6 del Libro de
Jueces, Gedeón, luego de haber recibido una encomienda de parte del ángel de
Jehová, le ofreció una ofrenda voluntaria (ver Jueces 6:18-24). Gedeón NO
buscaba “sellar la palabra” que el ángel le había dicho para que se cumpliera
en él, esta ofrenda era para asegurarse que realmente estaba hablando con un
ángel enviado por Dios.
Para
despejar sus dudas Gedeón suplica al viajero una señal de que realmente es el
ángel de Jehová (Jueces 6:17, 18). La palabra traducida presente también
significa “ofrenda”. Si el viajero es solamente un hombre, lo que Gedeón le
trae será un simple regalo. Sin embargo, si es Dios, el presente será una
ofrenda. Lo que Gedeón preparó era demasiado para un solo hombre (6:19). Un
solo hombre no podía comer un cabrito, y el efa de harina daba suficiente pan
para 10 personas aun cuando no hubiera carne (compare con Éxodo 16:16, 22, 36;
no se sabe el tamaño exacto del efa, pero era una medida grande, compare con Zacarías 5:6-8).
Otro pasaje bíblico que se usa
para obtener una base en esta práctica es este: Daniel 9:24 “Setenta semanas están determinadas
sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y
poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable,
y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos”.
El contexto de este pasaje no
se refiere para nada en que Dios le daría poder o bendiciones al hombre por
medio de dinero sellando una palabra, ¡eso es herejía! acá dejo un breve comentario
que hace Matthew Henry con respecto a este pasaje que nos sirve de mucho:
“Todas
las bendiciones otorgadas al hombre pecador vienen por el sacrificio expiatorio
de Cristo, que sufrió por los pecados de una vez por todas, el justo por los
injustos, para llevarnos a Dios. He aquí nuestro camino de acceso al trono de
la gracia y de nuestra entrada al cielo. Esto sella la suma de la profecía y confirma el
pacto con muchos; y mientras nos regocijamos en las bendiciones de la
salvación, debemos recordar lo que costaron al Redentor. ¡Cómo escaparán los
que rechazan una salvación tan grande!”
Queda claro que eso de sellar
que el profeta Daniel menciona en su profecía inspirada no es más que el sello
que haría Jesús en la Cruz del calvario cerrando el pacto hecho con su preciosa
sangre. Mateo 26:28 “porque esto es mi sangre del nuevo pacto,
que por muchos es derramada para remisión de los pecados”.
El otro pasaje que aparece en
la biblia es el siguiente:
Hageo 2:23 “En aquel día, dice Jehová de los
ejércitos, te tomaré, oh Zorobabel hijo de Salatiel, siervo mío, dice Jehová, y
te pondré como anillo de sellar; porque yo te escogí, dice Jehová de los
ejércitos”.
Matthew Henry comenta al
respecto de este pasaje lo siguiente:
“El
Señor preservará a Zorobabel y al pueblo de Judá en medio de sus enemigos. Aquí
también se anuncia el establecimiento y la continuidad del reino de Cristo; por
la unión con que su pueblo es sellado con el Espíritu Santo,
sellado con su imagen y, así, es distinguido de todos los demás. 2 Corintios 1:21-22 “Y el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que nos ungió, es
Dios, el cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en
nuestros corazones”.
Aquí también se predicen los
cambios, aun en ese tiempo, cuando el reino de Cristo desplace y ocupe el lugar
de todos los imperios que se opusieron a su causa. La promesa se refiere
especialmente a Cristo, que descendió de
Zorobabel en línea directa, y que es el solo edificador del templo del
evangelio. Nuestro Señor Jesús es el Sello en la diestra
de Dios, porque toda potestad le es dada a Él, y derivada de
Él. Por Él y en Él todas las promesas de Dios son sí y amén. Cualesquiera sean
los cambios que acontezcan en la tierra, todos promoverán el consuelo, el honor
y la felicidad de sus siervos.
¿Qué encontramos en la biblia respecto al tema dinero-evangelio?
Sin duda alguna desde los días
de la antigüedad las ofrendas y diezmos de los hijos de Dios han ayudado al
desarrollo de la obra de Dios; durante el crecimiento de la iglesia primitiva
los primeros cristianos incluso vendían sus propiedades y ofrendaban el dinero
para que los apóstoles ayudaran a los pobres. En los días del apóstol Pablo las
ofrendas también ayudaban a que él hiciera algunos viajes misioneros, aunque no
en todos los casos, pues Pablo mismo daba todo su dinero cuando visitaba
algunas iglesias, como él mismo lo relata en 2 Corintios 12:14,15:
“He
aquí, por tercera vez estoy preparado para ir a vosotros; y no os seré gravoso,
porque no busco lo vuestro, sino a vosotros, pues no deben atesorar los hijos
para los padres, sino los padres para los hijos. Y yo con el mayor placer gastaré lo mío,
y aun yo mismo me gastaré del todo por amor de vuestras almas, aunque amándoos
más, sea amado menos”. (Negritas del autor)
También al apóstol Pedro habló
sobre las ganancias en su primera carta dirigida a varias iglesias.
“Ruego
a los ancianos que están entre vosotros, yo
anciano también con ellos, y testigo de los padecimientos de Cristo,
que soy también participante de la gloria que será revelada:
Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por
fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo
pronto; no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro
cuidado, sino siendo
ejemplos de la grey. Y cuando aparezca el Príncipe de los
pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria”. 1 Pedro. 5:1-4 (Negritas del autor).
El pasaje bíblico más acertado
sobre el tema de querer pagar para obtener algo de Dios se registra en Hechos 8:18-24, y este es el relato:
“Cuando
vio Simón (el mago) que por la imposición de las manos de los apóstoles se daba
el Espíritu Santo, les ofreció dinero,
diciendo:
-
Dadme
también a mí este poder, para que cualquiera a quien yo impusiere las manos
reciba el Espíritu Santo.
-
Entonces
Pedro le dijo: Tu dinero perezca contigo, porque has
pensado que el don de Dios se obtiene con dinero. No tienes tú
parte ni suerte en este asunto, porque tu corazón no es recto delante de Dios. Arrepiéntete,
pues, de esta tu maldad, y ruega a Dios, si quizá te sea perdonado el
pensamiento de tu corazón; porque en hiel de amargura y en prisión de maldad veo
que estás.
Respondiendo
entonces Simón, dijo:
-
Rogad
vosotros por mí al Señor, para que nada de esto que habéis dicho venga sobre
mí.
Amados hermanos en Cristo y
amigos, la biblia no se contradice (Leer nuestro artículo La Inerrancia Bíblica y su importancia) y en ella Dios nos dice que demos por gracia lo que recibimos
por gracia (Mateo 10:8), dicho de otra manera, TODO el don de Dios y toda
palabra de bendición que recibimos nos las DA Dios por pura gracia, NO TENEMOS
QUE PAGAR POR ELLA porque no tienen precio. Lo único que debemos hacer con
respecto a esto es ser obedientes a Dios y sus mandamientos; si algún “costo”
tienen las bendiciones de Dios es la OBEDIENCIA.
“Acontecerá
que si
oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner por obra
todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también Jehová tu
Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra. Y vendrán sobre ti
todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu Dios”.
Deuteronomio 28: 1-2
Por otra parte, eso de “sellar
la palabra” con dinero genera confusión y tristeza en la gente que no cuentan
con las formas o recursos para “sellar” lo que se les había vendido como la
única oportunidad, el último tren de la temporada para “arrebatar” una
bendición, un sueño o una promesa de Dios.
A mi parecer no queda la menor
duda de que esta práctica de “Sellar la palabra” con dinero es sencillamente
anti bíblica y atenta en contra del evangelio de Cristo.
Amado/a hermano/a, si alguna
vez has incurrido en esto te pido que consideres seriamente esta reflexión y ores
a Dios para que te hable al respecto, un estudio profundo de las escrituras te
ayudaría mucho.
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“Y
si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a
todos abundantemente y sin reproche, y le será dada”.
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¡Dios les bendiga!