Nuestra Fe se fundamenta en los
postulados Bíblicos, los cuales colocamos por encima de toda opinión o
concepción humana, así como de sueños y revelaciones particulares. Pero
entendemos y creemos que Dios en el ejercicio de su soberanía, habla de distintas
maneras dejando en claro que nunca estará en contradicción con la enseñanza ya
establecida en La Biblia.
DIOSCreemos en un Dios, quien es Creador de todo (Deuteronomio 6:4; Colosenses 1:16), que se ha revelado en tres Personas distintas – Padre, Hijo, y Espíritu Santo (2 Corintios 13:14), aunque es Uno en presencia, esencia, y gloria (Juan 10:30). Dios es eterno (Salmo 90:2), infinito (1 Timoteo 1:17), y soberano (Salmo 93:1). Dios es omnisciente (Salmo 139:1-6), omnipresente (Salmo 139:7-13), omnipotente (Apocalipsis 19:6), e inmutable (Malaquías 3:6). Dios es santo (Isaías 6:3), justo (Deuteronomio 32:4) y recto (Éxodo 9:27). Dios es amor (1 Juan 4:8), compasivo (Efesios 2:8), misericordioso (1 Pedro 1:3), y bondadoso (Romanos 8:28).
JESUCRISTOCreemos en la deidad del Señor Jesucristo. Él es Dios encarnado, Dios en forma humana, la imagen misma del Padre, quien sin dejar de ser Dios, se hizo hombre para poder revelar a Dios y proporcionar los medios de la salvación para la humanidad (Mateo 1:21; Juan 1:18; Colosenses 1:15).
Creemos que Jesucristo fue concebido por obra del Espíritu Santo y nació de la virgen María; que Él es verdaderamente Dios y verdaderamente hombre; que vivió una vida perfecta y sin pecado; y que todas Sus enseñanzas son verdaderas (Isaías 14; Mateo 1:23) Creemos que el Señor Jesucristo murió en la cruz por toda la humanidad (1 Juan 2:2) como un sacrificio sustitutivo (Isaías 53:5-6). Sostenemos que Su muerte es suficiente para proveer la salvación para todos los que le reciben como Salvador (Juan 1:12; Hechos 16:31); que nuestra justificación está fundamentada en el derramamiento de Su sangre (Romanos 5:9; Efesios 1:17); y que está atestiguada por Su resurrección literal y física de entre los muertos (Mateo 28:6; 1 Pedro 1:3).
Creemos que el Señor Jesucristo ascendió al Cielo en Su cuerpo glorificado (Hechos 1:9-10) y que ahora está sentado a la diestra de Dios como nuestro Sumo Sacerdote y Abogado (Romanos 8:34; Hebreos 7:25).
EL ESPÍRITU SANTO
Creemos en la deidad y
personalidad del Espíritu Santo (Hechos
5:3-4). Él regenera a los pecadores (Tito 3:5) y mora en los creyentes (Romanos
8:9). Él es el agente mediante el
cual Cristo bautiza a todos los creyentes en Su cuerpo (1
Corintios 12:12-14). Él es el sello
mediante el cual, el Padre garantiza la salvación de los creyentes hasta el día
de la redención (Efesios
1:13-14). Él es el divino Maestro que
ilumina el corazón y la mente de los creyentes mientras estudian la Palabra de
Dios (1 Corintios 2:9-12).
Creemos que el Espíritu Santo es finalmente soberano en la distribución de los dones espirituales Creemos en las promesas Bíblicas de que en el nombre del Señor serán liberados los enfermos y poseídos por demonios. Lucas 10:18-20. 1ra Corintios. 12:7-11.Creemos en la vigencia y manifestación de todos los dones y ministerios dentro de las prudentes regulaciones que enseña la práctica Bíblica. Entendiendo que cualquiera de estos puede ser falsificado. (1 Corintios 12:11). (1 Corintios 12:4-11; 2 Corintios 12:12; Efesios 2:20; 4:7-12).
LA BIBLIA
Creemos que las
Sagradas Escrituras del Antiguo y Nuevo Testamentos son la Palabra de Dios
inspirada, infalible, y autoritaria. (Mateo
5:18; 2
Timoteo 3:16-17). Por fe, sostenemos
que la Biblia es inerrante en sus escritos originales, inspirada por Dios, y la
completa y final autoridad de la fe y la práctica. (2
Timoteo 3:16-17) Aunque utilizó los
estilos literarios individuales de los autores humanos, el Espíritu Santo los
supervisó perfectamente para asegurarse de que escribieran precisamente lo que
Él quería que escribieran, sin error u omisión. (2 Pedro
1:21)
SERES ESPIRITUALES (Ángeles Y Demonios)
Creemos en la realidad
y personalidad de los ángeles. Creemos que Dios creó los ángeles para ser Sus
siervos y mensajeros (Nehemías
9:6; Salmo
148:2; Hebreos
1:14).
Creemos en la existencia y personalidad de Satanás y los demonios. Satanás es el ángel caído que guió a un grupo de ángeles a rebelarse contra Dios (Isaías 14:12-17; Ezequiel 28:12.15) Él es el gran enemigo de Dios y del hombre, y los demonios son sus agentes en sus inicuos propósitos. Él y sus demonios serán castigados eternamente en el lago de fuego (Mateo 25:41; Apocalipsis 20:10).
Creemos en la existencia y personalidad de Satanás y los demonios. Satanás es el ángel caído que guió a un grupo de ángeles a rebelarse contra Dios (Isaías 14:12-17; Ezequiel 28:12.15) Él es el gran enemigo de Dios y del hombre, y los demonios son sus agentes en sus inicuos propósitos. Él y sus demonios serán castigados eternamente en el lago de fuego (Mateo 25:41; Apocalipsis 20:10).
EL HOMBRE
Creemos que la
humanidad llegó a existir por la creación directa de Dios y que la humanidad es
únicamente hecha a la imagen y semejanza de Dios (Génesis
1:26-27). Creemos que toda la
humanidad, por la caída de Adán, ha heredado una naturaleza pecaminosa, que
todos los seres humanos escogen pecar (Romanos
3:23), y que todo pecado es sumamente
ofensiva a Dios (Romanos
6:23). La humanidad es totalmente
incapaz de remediar su estado caído (Efesios
2:1-5,12).
SALVACIÓNCreemos que la salvación es un regalo de la gracia de Dios a través de la fe en la obra terminada de Jesucristo en la cruz (Efesios 2:8-9). La muerte de Cristo logró completamente la justificación por la fe, y la redención del pecado. Cristo murió en nuestro lugar (Romanos 5:8-9) y llevó nuestros pecados en Su propio cuerpo (1 Pedro 2:24).
Creemos que la salvación es recibida por gracia solamente, por medio de la fe solamente, y en Cristo solamente. Las buenas obras y la obediencia son los resultados de la salvación, no requisitos para la salvación. Debido a la grandeza, la suficiencia, y la perfección del sacrificio de Cristo, todos aquellos que verdaderamente han recibido a Cristo como Salvador están eternamente seguros en la salvación, guardados por el poder de Dios, seguros y sellados en Cristo para siempre (Juan 6:37-40; 10:27-30; Romanos 8:1, 38-39; Efesios 1:13-14; 1 Pedro 1:5; Judas 24). Tal como la salvación no puede ser ganada por buenas obras, tampoco necesita las buenas obras para ser mantenida o sustentada. Buenas obras y vidas transformadas son los resultados inevitables de la salvación (Santiago 2).
LA IGLESIA
Creemos que la Iglesia,
el Cuerpo de Cristo, es un organismo espiritual compuesto de todos los
creyentes de la presente era (1
Corintios 12:12-14; 2
Corintios 11:2; Efesios
1:22-23; 5:25-27). Creemos en las ordenanzas del Bautismo de los
creyentes en agua por inmersión como un testimonio a Cristo y una
identificación con Él, y en la Cena del Señor como un recordatorio de la muerte
de Cristo y el derramamiento de Su sangre (Mateo
28:19-20; Hechos
2:41-42; 18:8; 1
Corintios 11:23-26). A través de la
Iglesia, los creyentes deben ser enseñados a obedecer al Señor, testificar
concerniente su fe en Cristo como Salvador, y honrarlo por una vida santa.
Creemos en la Gran Comisión como la misión principal de la Iglesia. Es la
obligación de todos los creyentes testificar, por palabra y vida, a las
verdades de la Palabra de Dios. El evangelio de la gracia de Dios debe ser
predicado a todo el mundo (Mateo
28:19-20; Hechos
1:8; 2
Corintios 5:19-20).
LAS COSAS POR VENIR
Creemos en la bendita
esperanza (Tito
2:13), la venida personal e inminente
del Señor Jesucristo para arrebatar a Sus santos (1
Tesalonicenses 4:13-18). Creemos en
el regreso visible y corporal de Cristo a la tierra con Sus santos para
establecer Su prometido reino milenario (Zacarías
14:4-11; 1
Tesalonicenses 1:10; Apocalipsis
3:10; 19:11-16; 20:1-6).
Creemos en la resurrección física de todos los hombres – los santos para el
eterno gozo y felicidad en la Nueva Tierra y los impíos para el tormento eterno
del lago de fuego (Mateo
25:46; Juan
5:28-29; Apocalipsis
20:5-6, 12-13).
Creemos que las almas de los redimidos, al morir, están ausentes del cuerpo y presentes al Señor, donde aguardan su resurrección, cuando el espíritu, el alma y el cuerpo sean reunidos para ser glorificados para siempre con el Señor (Lucas 23:43; 2 Corintios 5:8; Filipenses 1:23; 3:21; 1 Tesalonicenses 4:16-17). Creemos que las almas de los incrédulos, después de la muerte, permanecen en una miseria consciente, hasta su resurrección cuando, con alma y cuerpo reunidos, se presentarán delante del juicio del Gran Trono Blanco, y serán echados al Lago de Fuego para sufrir el castigo eterno (Mateo 25:41-46; Marcos 9:43-48; Lucas 16:19-26; 2 Tesalonicenses 1:7-9; Apocalipsis 20:11-15).
MUNDANALIDAD
Creemos en la enseñanza de Jesús que
dice “Por sus frutos los conoceréis. Por lo que concebimos como cristiano a
aquel cuya conducta se adapta al cristianismo bíblico y el ejemplo del Señor.
Por lo que para el ministerio Siguiendo
los Pasos de Jesús “el que se hace amigo del mundo se constituye enemigo de
Dios” Santiago 4:4