jueves, 2 de noviembre de 2017

¿Los violentos arrebatarán el Reino de Dios? Una mirada al contexto de Mateo 11:12


¿Mateo 11:12 significa literalmente que “los violentos” van a arrebatar el reino de los cielos?

“Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan.”

Con un texto difícil es importante comenzar con el contexto.

Ya que se trata del reino de los cielos (también llamado el reino de Dios), vale la pena notar primero que cuando vino Jesucristo, los judíos esperaban la venida del Mesías (el ungido – el rey) para restaurar el poder del reino de Dios a la nación de Israel. No obstante, su concepto era de un reino nacionalista (de Israel) y materialista (poder militar) que los libraría del imperio romano. Suponían que el Cristo (el Mesías) sería un campeón de batalla (como el rey David) y que les ayudaría a volver a la supremacía política y la abundancia material que gozaban durante el reinado de David y Salomón. Aún los discípulos de Jesucristo, al principio, malentendieron la naturaleza del reino y algunos de ellos buscaban posiciones de autoridad e importancia en el reino con Cristo (Marcos 10:35-37; Lucas22:24-27).


El contexto inmediato en Mateo 11 es la pregunta que los discípulos de Juan el bautista le traen a Jesucristo: “¿Eres tú el que ha de venir, o esperaremos a otro? (11:1-3). Cristo les refiere a las obras que Él hacía y pronuncia una bendición sobre el individuo “que no se escandaliza de mí” (11:4-6). Luego habló con las multitudes que antes habían llegado a Juan. Les reafirma la grandeza espiritual de Juan, pero declara que “el más pequeño en el reino de los cielos es mayor que él”, señalando así la bendición superior del reino de Dios que estaba por comenzar (11:7-11).

Jesucristo afirma que desde el inicio del ministerio de Juan el Bautista hasta el momento en el que les estaba hablando “el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan” (Mateo 11:12). Está hablando de las actitudes y acciones de un grupo de personas llamadas “los violentos” durante un período de tiempo muy específico que ellos mismos habían vivido y seguían viviendo.

Jesús lanza el desafío a Su generación a recibir la verdad que Juan es el Elías profetizado por Malaquías (Malaquías 4:5,6), el mensajero de Dios enviado para preparar el camino para el Señor Mismo (Malaquías 3:1) cuando venga a limpiar Su templo por medio de juicio (Malaquías 3:2-7). Enseguida los reprende por haber rechazado tanto a Juan como también al Hijo del Hombre a pesar de los estilos distintos entre los dos (Mateo 11:16-19). Sigue reprendiendo a algunas de las ciudades más favorecidas con las señales hechas por Jesucristo (11:20-24) que, a pesar de ello, no se arrepintieron. Glorifica a Dios por LOS HUMILDES que lo entendieron y creyeron (Mateo 11:25,26) e invita a los cansados y cargados a sujetarse a Su yugo para recibir el descanso del alma (Mateo11:27,28).

¿Cómo encaja la declaración de Mateo 11:12 con todo esto?

Antes de ofrecerle una explicación para su consideración, aprovechemos otra ayuda que Dios nos ha dejado en un texto muy similar en Lucas 16:16). En Lucas 16 les está corrigiendo a los fariseos (amantes del dinero que rechazaban su enseñanza acerca de la imposibilidad de servir a Dios y a las riquezas al mismo tiempo (Lucas 16:14). “Vosotros sois los que os justificáis a vosotros mismos delante de los hombres mas Dios conoce vuestros corazones, porque lo que los hombres tienen por sublime, delante de Dios es abominación” (Lucas 16:15). Luego dice, “La ley y los profetas eran hasta Juan; desde entonces el reino de Dios es anunciado, y todos se esfuerzan por entrar en él” (Lucas 16:16).

En cierto sentido el contexto es distinto de Mateo 11 pero en ambos casos les parece estar señalando que no tendrán éxito si siguen el camino que ellos han escogido para entrar en el reino de Dios. El concepto que ellos tenían del reino de Dios era material y nacionalista. Suponían que entraría el reino con fuerza militar para vencer los enemigos de Israel. Tanto Juan el bautista como también Jesucristo les habían llamado al arrepentimiento para poder participar en el reino de los cielos. Ellos seguían con sus conceptos materialistas. Los violentos pensaban que el establecimiento del reino sería a través de la violencia material. En vez de sujetarse al mensaje del reino predicado por Juan el Bautista y Jesucristo y humillarse al Rey (Cristo), todo lo siguieron intentando manipular para lograr sus propios fines materialistas.

Su respuesta a Juan por medio de sus discípulos aclara las obras espirituales que introducen el reino y al mismo tiempo insiste que es necesario aceptar que este Cristo Jesús humilde y espiritual es el Rey que esperaban. La bendición del reino es para el que con fe y humildad “no se escandaliza de mí” pero no para “los violentos”. La grandeza en el reino de los cielos no es la de los fuertes – “los violentos” – sino la de los humildes.

Su exhortación a las multitudes es para aclararles que el Elías violento que ellos esperaban no era el que Dios prometió sino que Juan mismo era el mensajero que preparaba el camino del Señor para establecer Su reino no con fuerza material sino con el mensaje del arrepentimiento. Si deseaban entrar en el reino sería por venir a Jesucristo con sus cargas y humildemente sujetarse al yugo de Cristo para lograr, no la victoria militar sobre los enemigos ni la paz lograda por la fuerza material sino para alcanzar el descanso del alma.

¿Quiénes son “los violentos”? En este contexto parecen ser los que tenían un concepto material y violento del establecimiento del reino de Dios. A pesar de la predicación de Juan y la de Jesucristo, persistían en sus esfuerzos por arrebatar el reino de los cielos para sus propios fines terrenales. Les advierte que todos sus esfuerzos por entrar en el reino fracasarán.

Para algunos eruditos la frase “el Reino de Dios sufre violencia” significa que el Reino ha sido víctima de la violencia del mundo, y “los violentos que lo conquistan por la fuerza” son aquellas personas, instrumento en las manos del Enemigo, que son hostiles hacia el Reino.

Si esta interpretación es correcta, entonces el Señor Jesús lo único que está haciendo es describiendo la realidad de la vida, y no nos está llamando a responder violentamente.

La pregunta para nosotros sería esta: ¿Qué caracteriza al Reino de los Cielos? Nadie puede leer estos versículos y decir que el Reino de los Cielos se caracteriza por actos violentos. Es más, la respuesta del Señor Jesús nos muestra que si hay algo que le caracteriza es Su corazón benevolente, Su compasión hacia el oprimido y lastimado, Su deseo de restaurar todo aquello que el pecado ha dañado y Su compromiso a anunciar las Buenas Nuevas.

Por último, si este versículo justifica actos violentos de parte de los creyentes “en el Nombre del Señor”, ¿no va esto en contra de las demás enseñanzas del Señor Jesús? ¿Dónde quedan las Bienaventuranzas (ver Mateo 5:5-15)? ¿Dónde queda la conversación de Jesús con Pedro después que violentamente hiere al siervo del sumo sacerdote en Mateo 26?

Lo que es más: ¿dónde queda la Cruz del Calvario? ¿No es ahí donde el Señor Jesús muere por y en lugar de sus enemigos? ¿No es ahí donde entrega Su vida en vez de defenderla?

¿Muestra la Biblia de alguna manera que la fuerza provoca cambio? De ninguna manera. El Reino de Dios es un Reino de verdad, amor, gracia y misericordia, y solo avanza por medio de eso.

La manera de entrar al reino de los cielos es siendo humildes y mansos, reconociendo a Cristo como nuestro Señor y salvador, sometiéndonos a la voluntad de Dios y rechazando la nuestra (Mateo 16:24) y reconociendo que no es con nuestras fuerzas humanas, sino con las de Dios.



Gran parte de este artículo ha sido tomado de "¿Preguntas Bíblicas?" 


¡Dios les bendiga!