En la Grecia Antigua nace
lo que conocemos como la filosofía, de la cual se destacan filósofos
importantes como Aristóteles, Platón, Sócrates, entre otros, quienes se
destacaban por un profundo amor al conocimiento y la sabiduría. La filosofía se
conoce como el conjunto de reflexiones sobre la esencia, las propiedades, las
causas y los efectos de las cosas naturales, especialmente sobre el hombre y el
universo. Pero hay un gran problema y es que Grecia no tenía la revelación de
Dios, lo cual llevó al hombre a formar distintas corrientes de pensamiento que
al día de hoy nos siguen afectando grandemente y que a su vez no van de acuerdo a
las Escrituras.
Para conocer la historia
es importante conocer acerca de ciencias, artes, filosofía, historia universal,
etc.; no estamos negando eso, el
conocimiento no es malo en sí mismo, sino cómo lo usamos.
El meollo del asunto es:
¿De qué conocimiento me estoy alimentando en primer lugar? ¿Me estoy
alimentando del conocimiento de Dios revelado en Su Palabra de manera
primordial? ¿Qué importancia tiene el conocimiento de Dios en nuestras vidas? Veamos.
En estos días no es
extraño ver cristianos que hablan casi con desprecio de la teología, es decir,
la ciencia o conocimiento que estudia los atributos de Dios y su esencia. Pero
el punto no es no conocer la teología, sino no conocer la Biblia, ya que ella
es la base de la sana doctrina y de buena teología. Muchos dicen que no es
importante tener mucho conocimiento bíblico porque "lo que vale es el
Espíritu Santo y nada más", y eso es incorrecto, pues, si el Espíritu
Santo inspiró las Escrituras, y de hecho Jesús es la Palabra de Dios encarnada,
¿acaso no debería ser de suma vitalidad estudiarlas diligentemente con la ayuda
del mismo Espíritu Santo para cultivar nuestra relación con Dios?, Entonces
¿Cómo puedo decir que amo a Dios si no soy diligente estudiando Su Palabra?
Romanos 12:2 nos dice que
"no nos amoldemos a las costumbres
de este siglo, sino que seamos transformados
mediante la renovación de nuestro entendimiento", ¿para qué? Para que
así "comprobemos cuál es la voluntad de Dios, que es buena, agradable y perfecta."(Énfasis
añadido)
El conocimiento de Dios
también es de suma importancia porque nos ayuda a orar como a Dios le
agrada. 1 Corintios 14:15 dice: “Oraré
con el Espíritu, pero oraré también con
entendimiento." (Énfasis añadido). Si no hay entendimiento -como
dijo el puritano John Bunyan- ¿Qué sabiduría queda? Es imposible orar
correctamente si no se conoce primero quien es Dios a través de Su Palabra.
También vemos en Filipenses 1 en su versículo 9 al 11 lo siguiente:
"Y esto le pido en oración: que el amor de
ustedes abunde aún más y más en ciencia y en todo conocimiento, para que
aprueben lo mejor, a fin de que sean sinceros e irreprensibles para el día de
Cristo, llenos de los frutos de justicia que vienen por medio de Jesucristo,
para gloria y alabanza de Dios".
Vemos en esta preciosa
oración del apóstol Pablo hacia los filipenses como pide que el amor de ellos
abunde aún más en toda ciencia y conocimiento.
Vemos también el
propósito del conocimiento y ciencia en la oración que Pablo hace, pues dice: Para que aprueben lo mejor, a fin de que
sean sinceros e irreprensibles para el día de Cristo, llenos de los frutos de
justicia que vienen por medio de Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios.
¿Para qué? para
que aprueben lo mejor, ¿A fin de qué? de que seamos santos y
fructíferos en Cristo para su gloria. ¿Ven lo hermoso e importantísimo
de conocer a Dios en Su Palabra?
Así que amados hermanos,
es un error decir que el conocimiento de Dios no es tan relevante cuando las
mismas Escrituras nos instan a crecer en Él para gloria y alabanza hacia
nuestro Dios.
El pastor Miguel Núñez
(pastor titular de la Iglesia Bautista Internacional de Santo Domingo,
República Dominicana, con una maestría en Teología del Southern Baptist School
for Biblical Studies) afirma que se crece más rápido en conocimiento que en
carácter, y que si no establecemos un equilibrio entre lo que conocemos y
ponemos en práctica, nuestro conocimiento será nuestra mayor piedra de
tropiezo. Es decir, que si no establecemos límites para crecer en conocimiento
con la mente y el corazón al unísono, nos veremos en la miseria de tener la
cabeza llena y corazón vacío. Por tanto, sea todo el conocimiento bíblico que
tengas, que tu corazón lo acompañe.
Finalmente, aquí te damos 4 consejos
prácticos acerca del conocimiento de Dios en tu vida:
Recuerda que el crecimiento
espiritual es lento.
No tratamos de ser
dogmáticos en este aspecto, pero como cristianos sabemos que se necesita mucha
paciencia para ir creciendo en la vida cristiana, venciendo pecados, cambiando
hábitos, maneras de pensar; en fin, no se crece en santidad de la noche a la
mañana. Corrie Ten Boom una vez dijo: “No te preocupes por aquello que no sabes
de la biblia, preocúpate por aquello que sabes y que no aplicas a tu vida”. Así
que paciencia, pon por obra lo que sabes y que no aplicas y poco a poco el
Señor te irá iluminando más.
No solo te llenes la cabeza.
El conocimiento debe
traducirse en amor. Debe llevarnos a amar más a Dios, ya que Él mismo nos manda
a amarlo con toda nuestra mente, lo cual también debe llevarnos a amar a nuestros hermanos y prójimo, pues si nuestro
conocimiento solo nos lleva a envanecernos, a llenarnos la cabeza solamente o a
mirar al otro como inferior, eso será perjudicial para nosotros, pues no estaremos bien a los ojos del Padre.
No te olvides de orar.
Este punto es vital,
debemos llevar en oración todo aquello que logramos aprender por la gracia de
Dios. La mente se llena fácil y rápido de conocimiento pero el corazón, que es
engañoso, le cuesta poner en práctica aquello que aprendemos y leemos, por eso
necesitamos orar para que el Señor nos dé la gracia de poder aplicar lo que
aprendemos de Su Palabra, de buenos libros, sermones y de todo material
edificante. Aprende con tu mente y ora para llevar todo ese conocimiento al
corazón, es decir, a la práctica.
El diablo también sabe mucho.
Recuerda que Satanás sabe
más teología y más Biblia que cualquiera de nosotros y no por eso deja de ser
diablo. Tengamos muy en cuenta de que los demonios pueden aprobar todos los
cursos de teología sistemática que se dan en cada seminario; tengamos bien
pendiente que se puede pecar fácilmente sabiendo aún que no debemos hacerlo,
recordemos también que los fariseos sabían mucho de Biblia pero estaban llenos
de podredumbre en sus corazones. Por tanto, examinemos nuestro corazón y pidamos
al Señor que nos ayude a serle fiel por amor, es decir, que no seamos
legalistas como los fariseos, buscando hacer las cosas por cualquier otro motivo
que no sea por amor hacia Dios, sino que "todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para
los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia,
porque a Cristo el Señor servís". Colosenses 3:23-24
Así dice el Señor: “No se gloríe el sabio de su sabiduría, ni se
gloríe el poderoso de su poder, ni el rico se gloríe de su riqueza; pero si
alguien se gloría, gloríese de esto: En
entenderme y conocerme, pues Yo soy el Señor
que hago misericordia, derecho y justicia en la tierra, porque en estas cosas
Me complazco”, Jeremías 9:23-24.
¡Dios les bendiga!
Oscar Joel Uffre Cotes, es un joven estudiante
de Ingeniería de Sistemas, siervo de Jesucristo desde el 2014, es miembro de la Iglesia Misión
Bautista Cristiana, en la ciudad de La Romana, República Dominicana, donde se
desempeña como músico. Contáctalo en Twitter: @Reformed80