miércoles, 27 de junio de 2018

El conocimiento de Dios en la vida del creyente



En la Grecia Antigua nace lo que conocemos como la filosofía, de la cual se destacan filósofos importantes como Aristóteles, Platón, Sócrates, entre otros, quienes se destacaban por un profundo amor al conocimiento y la sabiduría. La filosofía se conoce como el conjunto de reflexiones sobre la esencia, las propiedades, las causas y los efectos de las cosas naturales, especialmente sobre el hombre y el universo. Pero hay un gran problema y es que Grecia no tenía la revelación de Dios, lo cual llevó al hombre a formar distintas corrientes de pensamiento que al día de hoy nos siguen afectando grandemente y que a su vez no van de acuerdo a las Escrituras.


Para conocer la historia es importante conocer acerca de ciencias, artes, filosofía, historia universal, etc.;  no estamos negando eso, el conocimiento no es malo en sí mismo, sino cómo lo usamos.

El meollo del asunto es: ¿De qué conocimiento me estoy alimentando en primer lugar? ¿Me estoy alimentando del conocimiento de Dios revelado en Su Palabra de manera primordial? ¿Qué importancia tiene el conocimiento de Dios en nuestras vidas? Veamos.

En estos días no es extraño ver cristianos que hablan casi con desprecio de la teología, es decir, la ciencia o conocimiento que estudia los atributos de Dios y su esencia. Pero el punto no es no conocer la teología, sino no conocer la Biblia, ya que ella es la base de la sana doctrina y de buena teología. Muchos dicen que no es importante tener mucho conocimiento bíblico porque "lo que vale es el Espíritu Santo y nada más", y eso es incorrecto, pues, si el Espíritu Santo inspiró las Escrituras, y de hecho Jesús es la Palabra de Dios encarnada, ¿acaso no debería ser de suma vitalidad estudiarlas diligentemente con la ayuda del mismo Espíritu Santo para cultivar nuestra relación con Dios?, Entonces ¿Cómo puedo decir que amo a Dios si no soy diligente estudiando Su Palabra?

Romanos 12:2 nos dice que "no nos amoldemos a las costumbres de este siglo, sino que seamos transformados mediante la renovación de nuestro entendimiento", ¿para qué? Para que así "comprobemos cuál es  la voluntad de Dios, que es buena, agradable y perfecta."(Énfasis añadido)

El conocimiento de Dios también es de suma importancia porque nos ayuda a orar como a Dios le agrada. 1 Corintios 14:15 dice: “Oraré con el Espíritu, pero oraré también con entendimiento." (Énfasis añadido). Si no hay entendimiento -como dijo el puritano John Bunyan- ¿Qué sabiduría queda? Es imposible orar correctamente si no se conoce primero quien es Dios a través de Su Palabra. También vemos en Filipenses 1 en su versículo 9 al 11 lo siguiente:

"Y esto le pido en oración: que el amor de ustedes abunde aún más y más en ciencia y en todo conocimiento, para que aprueben lo mejor, a fin de que sean sinceros e irreprensibles para el día de Cristo, llenos de los frutos de justicia que vienen por medio de Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios".

Vemos en esta preciosa oración del apóstol Pablo hacia los filipenses como pide que el amor de ellos abunde aún más en toda ciencia y conocimiento.

Vemos también el propósito del conocimiento y ciencia en la oración que Pablo hace, pues dice: Para que aprueben lo mejor, a fin de que sean sinceros e irreprensibles para el día de Cristo, llenos de los frutos de justicia que vienen por medio de Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios.

¿Para qué? para que aprueben lo mejor, ¿A fin de qué? de que seamos santos y fructíferos en Cristo para su gloria. ¿Ven lo hermoso e importantísimo de conocer a Dios en Su Palabra?

Así que amados hermanos, es un error decir que el conocimiento de Dios no es tan relevante cuando las mismas Escrituras nos instan a crecer en Él para gloria y alabanza hacia nuestro Dios.

El pastor Miguel Núñez (pastor titular de la Iglesia Bautista Internacional de Santo Domingo, República Dominicana, con una maestría en Teología del Southern Baptist School for Biblical Studies) afirma que se crece más rápido en conocimiento que en carácter, y que si no establecemos un equilibrio entre lo que conocemos y ponemos en práctica, nuestro conocimiento será nuestra mayor piedra de tropiezo. Es decir, que si no establecemos límites para crecer en conocimiento con la mente y el corazón al unísono, nos veremos en la miseria de tener la cabeza llena y corazón vacío. Por tanto, sea todo el conocimiento bíblico que tengas, que tu corazón lo acompañe.

Finalmente, aquí te damos 4 consejos prácticos acerca del conocimiento de Dios en tu vida: 

Recuerda que el crecimiento espiritual es lento.

No tratamos de ser dogmáticos en este aspecto, pero como cristianos sabemos que se necesita mucha paciencia para ir creciendo en la vida cristiana, venciendo pecados, cambiando hábitos, maneras de pensar; en fin, no se crece en santidad de la noche a la mañana. Corrie Ten Boom una vez dijo: “No te preocupes por aquello que no sabes de la biblia, preocúpate por aquello que sabes y que no aplicas a tu vida”. Así que paciencia, pon por obra lo que sabes y que no aplicas y poco a poco el Señor te irá iluminando más.

No solo te llenes la cabeza.

El conocimiento debe traducirse en amor. Debe llevarnos a amar más a Dios, ya que Él mismo nos manda a amarlo con toda nuestra mente, lo cual también debe llevarnos a amar a nuestros hermanos y prójimo, pues si nuestro conocimiento solo nos lleva a envanecernos, a llenarnos la cabeza solamente o a mirar al otro como inferior, eso será perjudicial para nosotros, pues no estaremos bien a los ojos del Padre.

No te olvides de orar.

Este punto es vital, debemos llevar en oración todo aquello que logramos aprender por la gracia de Dios. La mente se llena fácil y rápido de conocimiento pero el corazón, que es engañoso, le cuesta poner en práctica aquello que aprendemos y leemos, por eso necesitamos orar para que el Señor nos dé la gracia de poder aplicar lo que aprendemos de Su Palabra, de buenos libros, sermones y de todo material edificante. Aprende con tu mente y ora para llevar todo ese conocimiento al corazón, es decir, a la práctica.

El diablo también sabe mucho.

Recuerda que Satanás sabe más teología y más Biblia que cualquiera de nosotros y no por eso deja de ser diablo. Tengamos muy en cuenta de que los demonios pueden aprobar todos los cursos de teología sistemática que se dan en cada seminario; tengamos bien pendiente que se puede pecar fácilmente sabiendo aún que no debemos hacerlo, recordemos también que los fariseos sabían mucho de Biblia pero estaban llenos de podredumbre en sus corazones. Por tanto, examinemos nuestro corazón y pidamos al Señor que nos ayude a serle fiel por amor, es decir, que no seamos legalistas como los fariseos, buscando hacer las cosas por cualquier otro motivo que no sea por amor hacia Dios, sino que "todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís". Colosenses 3:23-24

Así dice el Señor: “No se gloríe el sabio de su sabiduría, ni se gloríe el poderoso de su poder, ni el rico se gloríe de su riqueza; pero si alguien se gloría, gloríese de esto: En entenderme y conocerme, pues Yo soy el Señor que hago misericordia, derecho y justicia en la tierra, porque en estas cosas Me complazco”,  Jeremías 9:23-24.


¡Dios les bendiga!

   
Oscar Joel Uffre Cotes, es un joven estudiante de Ingeniería de Sistemas, siervo de Jesucristo desde el 2014, es miembro de la Iglesia Misión Bautista Cristiana, en la ciudad de La Romana, República Dominicana, donde se desempeña como músico. Contáctalo en Twitter: @Reformed80