La vida se
trata de decisiones y en específico la vida de un cristiano, de un discípulo de
Cristo, se trata de tomar decisiones que vayan conforme a su voluntad; sean las
más grandes como mudarte de ciudad o no, el tomar un trabajo o no, el casarte
con una persona o no. hasta las más sencillas como ver o hacer ciertas
cosas o no, el ir a ciertos lugares o no ir a ciertos lugares, llevarte con
ciertas personas o no.
Todas estas
decisiones es necesario que nosotros las evaluemos conforme a la voluntad de
Dios. Y él nos ha dejado formas y maneras de darnos cuenta qué es lo que él
quiere, qué es lo que a él le agrada, y yo las llamo los semáforos, porque
cuando están en luz verde nos muestran qué es la voluntad de Dios, cuando están
en luz amarillas nos muestran si hemos de esperarnos y cuando están en luz roja
nos anuncian cuando no debemos andar por ciertos caminos o tomar ciertas
decisiones.
Y quiero
hablarte de cinco de ellos que en verdad me han ayudado mucho durante mi vida
en la toma de distintas decisiones:
La primera de
ellas es La Biblia. Si tú quieres conocer la voluntad de Dios, si tú
quieres escuchar su voz, lee la biblia, Dios nunca te va a pedir que hagas
algo, que tomes una decisión que va a ir en contra de lo que él ya dijo en su
palabra. Entonces como dice 2 Timoteo 3:16
“Toda la Escritura es
inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para
instruir en justicia”
El número dos
es Tus
Autoridades. Dios nos ha puesto a las autoridades como representantes
suyos, como personas que nos ayudan a conocer cuál es la voluntad de Dios y no como
estorbos, entonces acércate a esas personas: a tus papás, a tus pastores, a tus
líderes, tal vez a amigos, que sean personas que tengan temor de Dios, que
también en sus vidas anhelen cumplir la voluntad de Dios y aparte que te amen y
que oren por ti, y busca su consejo y como dice Proverbios 11:14
“… en la multitud de
consejeros hay seguridad”
El número tres
es La
Oración. la oración es más que un monólogo, es un diálogo íntimo entre un Dios vivo y sus hijos, pero muchas veces nuestra falta de fe nos impide el
tomar esos tiempos de esperar, esos tiempos de atender a la voz de Dios a
su respuesta y solamente estamos hablando, hablando y hablando y no podemos
escuchar que es lo que él responde y realmente he experimentado cómo Dios
responde de maneras sobrenaturales y muy claras y como dice su palabra, si
nosotros pedimos él nos va a dar, si nosotros buscamos vamos a encontrar y si
tocamos la puerta esta va a ser abierta (Mateo 7:7); pero es necesario el
acercarnos a él. y muchas veces cuando no lo hacemos intentamos resolver
nuestros problemas o tomar decisiones conforme a nuestro intelecto; y eso nos
lleva a un afán a una preocupación y no vamos a llegar a nada cuando estemos
afanados, pero sí vamos a llegar a mucho cuando nos acercamos confiadamente a
Dios y como dice en Filipenses 4:6 y 7
“Por nada estéis
afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda
oración y ruego…”
El semáforo número
cuatro es Tu Condición Interna. esto habla del testimonio que da el
Espíritu Santo dentro de ti, por ejemplo a mi me ha pasado que a veces
cuando estoy por tomar una decisión siento cierta incomodidad en mi espíritu,
que no me deja estar así tranquila, y muchas veces es el Espíritu Santo que te
está mostrando de esta manera que no debes seguir conforme a eso, o por otro
lado a veces siento una paz y un gozo y una tranquilidad en mi espíritu y es
una forma en la que Dios te dice: "vas por buen camino" o "esta
es mi voluntad o "estás en el lugar en donde quiero que estés"
Finalmente el
semáforo número cinco es Tu Evidencia Circunstancial. Esto
quiere decir que es importante darte cuenta cómo está tu situación alrededor,
cómo está tu contexto. Aquí es en donde podemos hablar un poco sobre esas puertas
cerradas o abiertas. Hay momentos en los que quieres hacer algo,
pero nada más tu situación te lo impide, nada más hay cosas que te frenan, te
frenan y aún cuando tú te estás esforzando en alcanzar algo las puertas están
cerradas. Y ¿sabes? no hay nada más desgastante que el estar intentando
con tus propias fuerzas el abrir una puerta que está cerrada, por un propósito.
A veces no entendemos por qué, a veces queremos que las cosas se hagan conforme
a lo que nosotros creemos que es mejor, pero debemos aprender a confiar que
Dios es poderoso para abrir las puertas que Él quiere que sean abiertas y que
si algo es de su voluntad él va a ser que suceda, porque él a quien llama
capacita siempre, entonces si tu anhelas estar en su voluntad y oras y le
pides: "Dios haz tu voluntad", déjate sorprender, él va a abrir las
puertas que deban de ser abiertas y va a cerrar las que deban de ser cerradas.
Finalmente te
quiero compartir un salmo que ha sido de gran bendición para mi vida y es Dios hablando
a cada uno de nosotros y es el Salmo 32: 8 que dice:
Te haré entender, y te
enseñaré el camino en que debes andar; Sobre ti fijaré mis ojos.
Te invitamos a leer: ¿sigues los planes de Dios o los tuyos?
Y también: ¿Como esperar en Dios?