"Quiero cultivar una mente
cristiana, pero no sé cómo hacerlo. Esta es, a la vez, una actitud frecuente y
comprensible. No cabe duda de que debemos desarrollar una manera cristiana de
pensar. Se nos exhorta a amar a Dios con nuestra mente (Mateo 22:37), a ser
transformados por la renovación de la mente (Romanos 12:2) y a estar preparados
para dar respuestas razonables a las preguntas que nos hacen sobre la fe (1 Pedro 3:15).
La mente cristiana madura tiene dos
aspectos. El primero es que ha desarrollado el hábito de estar enfocada en Dios
en forma constante a lo largo del día. Es una mente concentrada en Dios y
orientada sistemáticamente hacia Él por medio de la oración y la meditación (Salmos 16.8; Isaías 26.3; Lucas 18.1; Romanos 12.12; 1 Tesalonicenses 5.16-18). Pero ¿Cómo
puede uno hacer esto y, a la vez, realizar las tareas cotidianas? Afortunadamente,
podemos hacer más de una cosa a la vez. Mientras conducimos el automóvil o
estamos concentrados en una tarea, al mismo tiempo podemos seguir siendo
conscientes de Dios en el marco de nuestra atención. También podemos acercarnos
específicamente a Él en oración varias veces al día.
Sugiero dos hábitos que facilitan
nuestra concentración constante en Dios. Primero, memorice cuatro o cinco
pasajes bíblicos que le hablen de manera directa. Cada pasaje puede abarcar uno
o más versículos. Fórmese el hábito de repetir estos textos en oración a lo largo
del día. Mientras repita un pasaje frase por frase, úselo para interceder por
asuntos que le preocupan. Segundo, medite frecuentemente en estos pasajes o en
otros textos bíblicos, piense en lo que significan, en lo que puede hacer para
internalizarlos y en cómo puede fomentarlos en otras personas.
La segunda característica de una mente
cristiana madura es que percibe toda la vida a la luz de la cosmovisión
cristiana y crece en excelencia intelectual. La cosmovisión es la suma de todas
nuestras creencias, especialmente en cuanto a la realidad, la verdad, el
conocimiento y los valores. Una cosmovisión cristiana es un conjunto de
creencias bíblicamente sólidas sobre aquello que abarca la vida, desde el
trabajo, la recreación y las finanzas, hasta la persona de Dios, la moral y la
vida después de la muerte.
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"Una cosmovisión cristiana es un
conjunto de creencias bíblicamente sólidas sobre aquello que abarca la vida".
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Uno trata de considerar todos los
aspectos de la vida a la luz de las enseñanzas de las Santas Escrituras y, de
manera más específica, de lo que enseñó Jesús. Una mente de esta clase no hace
diferencia entre lo secular y lo sagrado. Para la mente cristiana madura, todo
lo que constituye la vida ofrece oportunidad para el discipulado y la
adoración. Más aún, la excelencia intelectual es característica de una mente
que se mantiene informada, que puede discernir asuntos que una mente menos
madura es incapaz de comprender y que tiene percepciones cada vez más profundas
en cuestiones importantes.
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"Para la mente cristiana madura,
todo lo que constituye la vida ofrece oportunidad para el discipulado y la
adoración".
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Para desarrollar esa clase de
excelencia, es preciso leer en forma habitual, escuchar grabaciones, y recibir
enseñanza de primer nivel. También debemos estar dispuestos a participar con
creyentes e incrédulos en conversaciones referidas a temas esenciales de la
cosmovisión. Esta práctica continua, combinada con una capacidad cada vez mayor
de escuchar sin adoptar una actitud defensiva, nos motivará y nos brindará
oportunidades de crecer en forma constante en excelencia intelectual.
Por: J. P. Moreland
¡Dios les bendiga!
