Desarrollar una relación más
estrecha con Dios es una meta admirable y refleja un corazón verdaderamente
renacido, porque sólo aquellos que están en Cristo desean una relación más
cercana con Dios. También debemos entender que en esta vida nunca seremos tan
cerca de Dios como deberíamos ser o deseamos de ser. La razón de esto es el
pecado persistente en nuestras vidas. Esto no es una deficiencia de parte de
Dios, sino de nosotros; nuestro pecado sigue siendo un obstáculo para la
comunión plena y completa con Dios, que se realizará una vez que estamos en la
gloria.
Incluso el apóstol Pablo, que
tenía una relación con Dios tan estrecha como uno probablemente podría tener en
esta vida, aún anhelaba una relación más cercana: "Y ciertamente, aun estimo todas
las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi
Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar
a Cristo, y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la
ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe." (Filipenses
3:8-9). No importa dónde estamos en nuestro caminar con Cristo,
siempre podemos tener un andar más cercano, y, aun glorificados en el cielo,
tendremos toda la eternidad para crecer en nuestra relación con el Señor.
Hay cinco cosas básicas que podemos hacer para tener
una relación más estrecha con Dios.
1. La primera cosa que podemos hacer
para tener una relación más estrecha con Dios es hacer un hábito diario de
confesar nuestros pecados a Él. Si el pecado es la barrera en nuestra relación
con Dios, entonces la confesión elimina esa barrera. Cuando confesamos nuestros
pecados a Dios, Él promete perdonarnos (1
Juan 1:9), y el perdón es lo que restaura una relación que ha sido
tensa. Debemos tener en mente que la confesión es más que simplemente decir:
"Lo siento por mi pecado, Dios". Es el arrepentimiento sincero de
quienes reconocen que su pecado es una ofensa a un Dios Santo. Es la confesión
de quien se da cuenta de que su pecado es lo que clavó a Jesucristo en la Cruz.
Es el grito del publicano en Lucas
18, quien dijo: "¡Dios, sé propicio a [tenga misericordia de] mí, pecador!" Como escribió el rey
David: "Los sacrificios de
Dios son el espíritu quebrantado; al corazón contrito y humillado no
despreciarás tú, oh Dios."
(Salmo
51:17).
2. La segunda cosa que podemos hacer
para tener una relación más cercana con Dios es escuchar cuando Dios habla.
Muchos hoy en día están persiguiendo una experiencia sobrenatural de oír la voz
de Dios, pero el apóstol Pedro nos dice que "Tenemos también la palabra
profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una
antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero
de la mañana salga en vuestros corazones." (2
Pedro 1:19). Esa "palabra profética más segura" es la
Biblia. En la Biblia, "escuchamos" la voz de Dios para nosotros. Es a
través de las Escrituras "inspiradas por Dios" que nos convertimos en
"enteramente
preparado[s] para toda buena obra" (2
Timoteo 3:16-17). Así que si queremos acercarnos más a Dios,
deberíamos leer regularmente Su Palabra. En la lectura de Su Palabra, estamos
"escuchando" a Dios hablar a través de Su Espíritu quien ilumina la
Palabra para nosotros.
3. La tercera cosa que podemos hacer
para tener una relación más estrecha con Dios es hablar con Él mediante la
oración. Si la lectura de la Biblia es escuchar a Dios hablándonos a nosotros,
el hablar con Dios se logra mediante la oración. Los evangelios a menudo
registran a Jesús apartándose secretamente para comunicarse con Su Padre
mediante la oración. La oración es mucho más que simplemente una manera de
pedirle a Dios las cosas que necesitamos o deseamos. Considera la oración
modelo que Jesús da a Sus discípulos en Mateo
6:9-13. Las tres primeras peticiones en esa oración se dirigen hacia
Dios (ser santificado Su nombre, venir Su reino, y hacerse Su voluntad). Las
tres últimas peticiones son peticiones que hacemos a Dios después de cumplir
las primeras tres (darnos nuestro pan diario, perdonarnos nuestras deudas, y no
meternos en tentación). Otra cosa que podemos hacer para avivar nuestra vida de
oración es leer los Salmos. Muchos de los Salmos son sinceros clamores a Dios
por diversas cosas. En los Salmos vemos adoración, arrepentimiento, acción de
gracias y súplica, modelados en una forma divinamente inspirada.
4. La cuarta cosa que podemos hacer
para tener una relación más cercana con Dios es encontrar un cuerpo de
creyentes con quienes podemos adorar regularmente. Este es un componente tan
vital del crecimiento espiritual. Con demasiada frecuencia, nos acercamos a la
iglesia con una mentalidad de "¿Qué beneficio puedo sacar de esto?" Rara vez nos tomamos el
tiempo para preparar nuestros corazones y mentes para adorar. Una vez más, los
Salmos nos muestran muchas llamadas de Dios a Su pueblo para venir a adorar al
Señor (por ejemplo, Salmo
95: 1-2). Dios nos invita, nos manda, a entrar en Su presencia para
adorar. ¿Cómo podemos nosotros, Su pueblo, no responder? No sólo nos da la
asistencia regular a la iglesia la oportunidad de venir ante la presencia de
Dios en adoración, pero también nos da la oportunidad de tener comunión con el
pueblo del Señor. Al llegar a la casa del Señor en adoración, y en comunión con
Su pueblo, no podemos evitar acercarnos más al Señor como resultado.
5. Finalmente, una relación más
estrecha con Dios se basa en una vida de obediencia. Jesús dijo a Sus
discípulos en el aposento alto, "Si me amáis, guardad mis mandamientos." (Juan
14:15). Santiago nos dice que al someternos a Dios mediante la
obediencia, resistir al diablo, y acercarnos a Dios, Él se acercará a nosotros
(Santiago
4:7-8). Pablo nos dice en Romanos que nuestra obediencia es nuestro
"sacrificio vivo" de acción de gracias a
Dios (Romanos
12:1). Debemos tener en mente que todas las exhortaciones bíblicas a
la obediencia se presentan como nuestra respuesta a la gracia de Dios que
recibimos en la salvación. No ganamos la salvación a través de nuestra
obediencia; por el contrario, es la manera por la que mostramos nuestro amor y
gratitud hacia Dios.
Así que, a través de la
confesión, el estudio bíblico, la oración, la asistencia regular a la iglesia y
la obediencia, podemos desarrollar una relación más estrecha con Dios. Parece
bastante simple, si no es simplista. Pero considera esto: ¿Cómo podemos
desarrollar una relación más estrecha con otros seres humanos? Pasamos tiempo
con ellos en conversación, abriendo nuestros corazones a ellos y escuchándolos
al mismo tiempo. Reconocemos cuando hemos hecho mal y buscamos el perdón.
Buscamos tratarlos bien y sacrificamos nuestras propias necesidades para suplir
las suyas. No es realmente tan diferente en nuestra relación con nuestro Padre
Celestial.
¡Dios
te Bendiga!
Fuente: GotQuestions.org