A todos en algún momento de
nuestra vida o tal vez en este momento alguien nos ha fallado, nos ha herido,
nos ha traicionado, muchas personas juegan con nuestros sentimientos, abusan de
nuestra confianza, nos faltan al respeto, nos lastiman, etc. Cuando estas cosas
pasan quedamos con sentimientos de ira venganza; hasta queremos que a partir de
ese momento les vaya mal a las personas que nos dañan; nos imaginamos en buenas
posiciones mientras que a ellos, los que nos fallan, los imaginamos humillados
y sufriendo.
¿Es bueno mantener esos
pensamientos y sentimientos en nosotros? ¿Nos beneficia o nos perjudica? ¿Estos
sentimiento afectan a la persona que no queremos perdonar?
Quizás las razones que tengas sean
válidas y todo lo que estás experimentando en tu vida a raíz de eso no es
precisamente lo que desearías haber vivido. De pronto se trata de una enfermedad,
un negocio frustrado, una relación que terminó, la traición de un amigo, una
baja en tus ingresos y demás. La cosa es que si deseas salir adelante no puedes
estar concentrándote solamente en esas situaciones que desde ya forman parte de
tu pasado, debes dejarlas de lado, liberarte de los “por qué a mí” y la
mentalidad de víctima y cambiar de canal, así como lo haces cuando te
encuentras algo en la televisión que no te agrada, simplemente tomas el control
remoto y cambias de canal.
Cámbiate a lo positivo, deja de
quejarte y concéntrate en dar lo mejor y entender qué es lo que debes hacer
para salir adelante. Recuerda que nuestros pensamientos y nuestras acciones
definen nuestro futuro y nuestra realidad. Así de simple.
A veces, pasamos tantos días,
semanas, meses o años concentramos en lo que nos pasa que no vemos la salida
hacia lo que realmente podemos lograr. La idea es usar lo que te pasa como un
puente hacia mejores situaciones, siempre y cuando te esfuerces en ver la
manera correcta de salir del pasado. Si realmente deseas salir adelante, estar
mejor y lograr lo que deseas, debes quitarte el traje de autocompasión, dejar
las excusas y de culpar a los demás por lo que te ha sucedido.
Empiece a perdonarse por haber
elegido que lo que los demás hayan dicho o hecho le haya afectado y perdone
también a esas personas que la vida le ha puesto en el camino. Tómese el tiempo
ahora mismo de hacer una lista, de analizar de quienes necesita perdón y a
quienes necesita perdonar. Hágalo, ¡es por su bien!
“Cuando perdonamos no estamos
cambiando el pasado, pero sí el futuro”, Bernard Meltzer.
Cuando usted perdona no le hace
un favor a la otra persona, todo el beneficio lo atrae hacia usted. Albergando
odio, ira, resentimientos, rencor, dolor y enojo hacia los demás, solo le
traerá depresión, frustración y mucho bloqueo en su vida. La desgracia y
tristeza se apoderan de usted y estos sentimientos hasta pueden llegar a
somatizarse, manifestarse como enfermedades.
He conocido casos de personas enfermas que por más que van al médico no
encuentran la causa de su enfermedad porque éstas provienen de un corazón lleno
de rencor y falta de perdón.
Recuerde que cargar todo eso, no
solo afecta su vida, sino que además todas las relaciones de trabajo,
familiares, sociales, amigos con quien usted convive. Si es necesario busque la
ayuda de un profesional para llegar a la raíz de esos sentimientos, porque te
aseguro que una gran cantidad de veces nuestras reacciones vienen de
situaciones que debemos sanar por hechos que nos marcaron en la niñez, en la
adolescencia, una etapa adulta o más reciente. Cuando sanas esas heridas, eres
libre para vivir el presente, dejando totalmente el pasado atrás. Esto puede
tomar tiempo pero es lo más conveniente que alguien puede hacer en su vida para
gozar de plenitud. ¿Qué situaciones debe sanar, debe perdonar para soltar,
avanzar en la vida? Si usted no perdona, la congoja y problemas no
desaparecerán de su vida.
“Abandonarlo todo en manos de Dios es
creer”, A. W. Tozer.
Todo en la vida tiene su momento
y su lugar. Ni antes ni después. Si usted cree que debe tomar la justicia en
sus manos sobre lo que los demás han hecho y dicho y cómo le ha afectado en su
vida, está equivocado/a. Ocúpese en sanar cada raíz que evoca dolor,
sufrimientos, tristeza y angustia en su vida. Confíe en que todo estará bien,
si usted actúa bien, el bien será lo que la vida le devuelva. En vez de
concentrarse en lo que pasó y lo que no ha pasado, agradezca las experiencias
que la vida le ha concedido y avance en positivo.
“No permitas que aquello que no puedes
hacer interfiera con aquello que sí puedes hacer”, John Wooden.
Lo que está hecho, hecho está,
afortunadamente tienes todo un camino por delante. Evita ser como la gran
mayoría de personas que se concentra en lo que pasó, en lo que los ha detenido,
apartándose del camino a donde iban y se la pasan días lamentándose por lo que
sucedió, en vez de quitarse el polvo de la caída y salir adelante. Repóngase de
todo lo que la vida le ha presentado, no se detenga demasiado tiempo en el pasado
y canalice toda la energía en salir adelante en no castigarse por lo que le ha
pasado. No pierda las oportunidades que la vida tiene para usted, por vivir en
el pasado. Si nos concentramos en lo que podemos hacer, lo logramos.
Nuestra meta más grande debe ser
buscar a Dios, pero esto no es posible mientras los sentimientos negativos
ocupan nuestro corazón. Te repito, no es fácil perdonar, y es porque eso
implica negarnos a nosotros mismos. Y es justamente lo que Dios quiere que
hagamos (vea Mateo 16:24).
Si has leído hasta aquí y quieres
romper con esa situación que tanto te ha afectado te invito a buscar la ayuda
de Dios en oración, si no sabes cómo hacerlo te dejaré una como guía y te
aseguro que si lo haces de corazón vas a sentirte aliviado/a y notarás los cambios
en los próximos días.
Ora
estas palabras
“Amado Dios
del cielo, mi Señor, mi Salvador. Mi alma en ti confía Jehová de los ejércitos.
Vengo delante de ti pidiendo que me ayudes a sanar mi corazón, que me ayudes a
perdonar a aquellos que me han hecho mal, que me ayudes a no sentir
resentimiento por ellos. Quiero amarlos Señor, pero no sé cómo hacerlo por eso
te pido que me ayudes, ayúdame Padre a perdonarlos y a pedir perdón y perdóname
tú por haber cerrado mi corazón”
“Te quiero
pedir también que bendigas a esas personas que me fallaron, que las libres de
todo mal, que las guíes hacia ti, que les des sanidad si las necesitan. Bendícelos
Señor y ten misericordia de ellos. Te pido estas cosas de todo corazón en el
nombre de Jesús. ¡Amén!”
Espero de todo corazón que esta
reflexión te haya ayudado y que hayas hecho esta oración a Dios. ¡Sé que
estarás bien!
¡Dios te bendiga!