Una ayuda fuera de tiempo puede
ser un estorbo que retrasa el cumplimiento del propósito de Dios en la vida de una persona.
En lo espiritual las cosas no
siempre son cuadradas. Si no nos dejamos guiar por el Espíritu Santo, puede que
actuemos erróneamente, no importa si ante los ojos humanos parezca bueno y
correcto lo que hacemos. Si lo que hacemos no está alineado con el cielo, puede
que seamos de estorbo a los propósitos de Dios, los cuales suelen ser mayores
que esa circunstancia momentánea que percibimos con nuestros ojos humanos.
El Espíritu Santo es quien debe y
nos quiere guiar a toda justicia y a toda verdad. Pero para eso tenemos que
entender que la justicia del hombre puede equivocarse, más no la de Dios. Así
que incluso para dar y ayudar, es bueno que nos dejemos guiar no de
sentimientos, sino por convicción pero en el espíritu. Por no hacer esto es que
muchos hermanos son engañados por quienes abusan de la piedad. Otros, cuando
buscan hacer el bien sin darse cuenta estropean o atrasan los procesos que
vienen de Dios para esas personas. Porque antes no se detuvieron a discernir si
es el mismo Dios quien está tratando con esas personas a través de esa
situación, para corregirlos o hacerlos madurar en la fe.
Quiero aclarar que no siempre es
así, no quiero que con este argumento alguien de corazón duro quiera encubrir
su impiedad y con esta excusa evitar ayudar y ser bondadoso. Lo que sí digo, es
que siempre hay que pedirle dirección a Dios y discernimiento, para así saber cuándo
es tiempo de ayudar y cuando es tiempo de esperar para ver a Dios obrando
directamente.
Todos conocemos o hemos escuchado
casos de padres sobreprotectores con sus hijos, éstos tienden a ayudar a sus
hijos de manera exagerada y no les permiten fortalecerse ni madurar. En este
sentido muchas de las cosas que nos pasan es para formar nuestro carácter.
Yo particularmente, he visto casos
de personas que deben y tienen que ser procesadas por parte de Dios, pero esto
es por AMOR y para SALVACIÓN. Pues es necesario que de alguna forma su corazón
sea quebrantado y puedan mirar hacia el cielo para arrepentirse y sean
transformados en ciertas áreas de su vida. Pero, ¿qué pasa cuando aparecen los
que ayudan sin ser guiados por el Espíritu Santo? éstas son personas con
excelentes intenciones, que pretenden ser buenos. Pero ayudan ciegamente y
estropean o atrasan el proceso de liberación para la vida de esa persona,
porque he aquí que sus ayudas vienen a ser fuera del tiempo de Dios y le hacen
la contra al propósito divino.
El pueblo de Israel fue llevado al
desierto para ser probado por Dios y determinar así lo que había en el corazón
de ellos para que de esta manera ellos pudieran entender que Dios es quien
sustenta al hombre.
“Y te acordarás
de todo el camino por donde te ha traído Jehová tu Dios estos cuarenta años en
el desierto, para afligirte, para probarte, para saber lo que había en tu
corazón, si habías de guardar o no sus mandamientos. Y te afligió, y te
hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni tus
padres la habían conocido, para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el
hombre, mas de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre”.
Para terminar, voy a dejarles acá
tres ejemplos bíblicos, para fundamentar lo que quiero establecer sobre la
realidad de que algunos procesos traen consigo un propósito de Dios, que busca
moldear nuestro carácter, probar nuestra fe o fortalecernos espiritualmente:
1. El proceso de Job
Propósito: Probar su Fe,
acercarnos más a Dios.
Cita Bíblica: Libro de Job.
2. Proceso del rey Nabucodonosor
Propósito: Moldear nuestro
carácter, reconocer que dependemos de Dios, soltar la altivez y darle la gloria
al único que la merece, nuestro Creador.
Cita Bíblica: Daniel Capítulo 4.
3. Proceso del hijo pródigo
Propósito: Desarrollar nuestra
capacidad de reconocer nuestros errores, humillarnos para pedir perdón con
arrepentimiento genuino y reconciliarnos con nuestro Padre celestial.
Cita Bíblica: Lucas 15:11-32
Exhortación final
Al momento de ayudar a una persona procura no estar anulando lo que Dios está haciendo en ella, recuerda que Dios permite las cosas para formarnos y hasta que no aprendemos no pasamos al siguiente nivel.
No cierres tu corazón, mantén
siempre la llama del amor, la compasión y la piedad ardiendo en tu corazón ¡Anhele ayudar! y de hecho ayude todo lo que pueda... pero procure siempre
sujetarse al Espíritu, consulte más allá de la necesidad que sus ojos vean porque Dios pondrá en usted el sentir en el momento, y en cuanto a usted sea un sí
o un no, corresponda y no le desobedezca.
¡Dios les bendiga!