miércoles, 27 de julio de 2016

El mensaje a las 7 iglesias, un mensaje para nuestros tiempos: Iglesia de Éfeso


Un análisis de lo que Jesucristo tiene hoy que decir a través de las cartas dirigidas a las siete iglesias de Asia en el libro de Apocalipsis para nosotros la iglesia del siglo XXI. Estas cartas son una línea de comunicación personal con Aquél que venció a la muerte para que tuviésemos vida. Un manual de restauración y avivamiento. Estos son mensajes transformadores del Señor Jesucristo resucitado.

El Mensaje a la Iglesia de Éfeso

"...escribe al ángel de la iglesia en Éfeso: El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de oro dice esto:

Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos; y has sufrido y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre y no has desmayado. Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor. Recuerda por tanto, de donde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido. Pero tienes esto, que aborreces las obras de los nicolaitas, las cuales yo también aborrezco. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del Paraíso de Dios..." Apocalipsis 2:1-7

Elogio: Éfeso era una iglesia de grandes virtudes: trabajadora incansable, con una buena doctrina, había demostrado una gran paciencia a la hora de desenmascarar a los falsos profetas.
Sobrenombre: La iglesia confundida.
Reproche: La iglesia de Éfeso había perdido su primer amor.
Corrección: Arrepentirse, volver al primer amor.
Riesgo: Quitar el candelero de su lugar
Premio: Acceso al Árbol de Vida. El Regreso al Paraíso.

El análisis a la condición espiritual en la iglesia de Éfeso contrastaba grandemente, ya que era una iglesia de enormes facultades como defensores de la buena doctrina, sin embargo, habían perdido su primer amor. El centro del problema se encontraba en diferenciar o distinguir estas dos cosas: Amor y Servicio.

¿Por qué el Señor no se alegra al observar tantas virtudes en la iglesia de Éfeso?

La razón es que el servicio de esta iglesia ­­—y muchas veces el nuestro­­— es muy notable en cuanto a la cantidad de las obras, pero desapercibido en calidad. Es decir, este servicio no tiene profundidad de raíz, entre la abundante cantidad de obras hay una aparente calidad de servicio, un servicio en tales circunstancias, no tiene efecto de profundidad, no tiene sus fuentes en Jesucristo, no se conduce ni se abastece de Él y no permanece en Él y si no se arraiga en Cristo la Piedra Angular no puede llegar a satisfacer los ojos de Dios. Entonces, no puede ser bendito un servicio así. Si servimos en la actitud del primer amor, tenemos ilimitados efectos de profundidad porque ponemos el fundamento que permanece por la eternidad y llevamos fruto que tiene valor eterno, en resumen: ¡somos bendecidos! Pero si no trabajamos así, mucho cuidado, porque el tiempo pasa y se nos escapa.

¿Estaremos dispuestos a tomar las medidas correctivas?

La solución divina consiste en volver al primer amor. La Biblia enseña qué es lo que quiere el Señor de ti y de mí:

Ahora pues, Israel ¿Qué pide Jehová tú Dios de ti, sino que temas a Jehová tú Dios, que andes en todos sus caminos y que lo ames, y sirvas a Jehová  tú Dios con todo tu corazón y con toda tu alma? (Deuteronomio 10:12)

Oye pues, oh Israel y cuida de ponerlos por obra, para que te vaya bien en la tierra que fluye leche y miel, y os multipliquéis como te ha dicho Jehová el Dios de tus padres. Oye Israel, Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tú Dios de todo tu corazón y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón (Deuteronomio 6:3-6)

Al hablar del primer amor hablamos de lo más santo: el Primer Amor. Es decir, el primer y principal amor. Haber dejado el primer amor significa que ya no haces las cosas con la misma pasión con que las hacías antes. Haz las primeras obras, las que hacías en aquél entonces: con oración y por causa de Jesús.

Cuántas veces observamos lo mismo en matrimonios contraídos contra la voluntad de Dios. De pronto comienzan con mucho idealismo y buen ánimo, cuando repentinamente de la noche a la mañana, el primer amor comienza a enfriarse; baja al punto de congelarse, los cónyuges ya no tienen nada que decirse. Lo mismo sucede en el terreno espiritual: oras, ofrendas, cantas y puede hasta que prediques; pero toda aquella diadema brillante del primer amor que iluminaba todo lo que hacías, se desvaneció. Puede ser que hasta hables en lenguas angélicas o tengas una poderosa fe, que trabajes incansablemente, que seas celoso y no toleres desviaciones, pero careces de lo que vivifica todas las cosas: ¡el primer amor!

¿Estás a punto de dar el primer lugar a otra cosa, dejando así el primer amor? ¿En qué lugar de tu vida se encuentra tu trabajo, tus negocios, relaciones familiares, sociales, tus pasatiempos? ¿Ya han comenzado a ocupar el primer lugar?

¿Que es el primer Amor?

El primer amor no es otra cosa más que la disposición a sufrir. Sufrir es algo más grande que actuar. La importancia más sublime del grano de trigo no la tiene el grano como tal, sino que está en función de que el grano muera. Entonces el primer amor significa tener un 'Si' practico a Morir juntamente con Jesucristo, es amar la cruz. El que tiene oído que oiga lo que el Espíritu dice a la Iglesia: ¡Regresa a tu primer amor!

Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de , niéguese a sí mismo y tome su cruz y sígame. (Marcos 8:34)

Si alguno me sirve, sígame y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará. (Juan 12:26)

¿Estás siendo absorbido en tu vida cotidiana por tus ocupaciones, actividades, entretenimientos y tus planes giran alrededor de la vida material? ¿Ocupa el amor a Cristo el último lugar ó ya desapareció por completo?

Los primeros cristianos no se amaron así mismos, ni a sus bienes, ni a su dinero. Por el contrario, tenían todas las cosas en común, lo entregaban todo. Cumplían con la voluntad de Dios totalmente y el evangelio era difundido ampliamente.

La congregación que se empeña en seguir sin ser la luz en las tinieblas, está próxima a desaparecer."...y quitaré tu candelero sino te hubieres arrepentido..." (Apocalipsis 2:5).

Te animo a que vuelvas a hacer las cosas que hacías antes; no importa si algunos líderes te han desilusionado y no importa si aún no ves las promesas de Dios sobre tu vida, mi recomendación y la recomendación del Señor es esta: ¡Regresa a tu primer amor!


¡Dios te bendiga!