martes, 19 de enero de 2016

Dios Está Trabajando



“Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo.” Juan 5.17

¿Y quién podría atreverse a decir lo contrario? ¿Quién en este planeta podría ser más sabio que Dios, y así decidir dejar de trabajar sobre una obra que El comenzó?

Ciertamente cuando Dios guarda silencio es porque está trabajando; los hombres suelen rendirse, y muchas veces no terminan aquello que una vez con gozo y regocijo comenzaron, pero gracias a Dios, Dios no es un hombre, y aunque yo me canse, aunque todos los demás se cansen, aunque unos pierdan el ánimo y desfallezcan, El “No desfallece, ni se fatiga con cansancio” (Isaías 40:28b) por el contrario “El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas”. (Isaías 40:29)


¿Acaso hubo alguna obra que fuera tan difícil para Él, que lo haya doblegado? Pues aunque tú te hayas rendido con Dios, Dios no se ha rendido contigo; aunque muchos ya hayan dado un veredicto sobre tu vida, y hayan dicho que ya no hay esperanza para ti; aunque el diablo haya hablado a través de los más, supuestamente “sabios” cercanos a tu vida, y aunque tu atmosfera o tus propios pensamientos te digan lo mismo, respóndeles con las mismas palabras de Jesús “Mi Padre hasta ahora trabaja”

A veces estamos como Pedro. Pedro después de pecar volvió a su vida de pesca; Muchas veces el pecado que ha penetrado en nuestra vida nos hace sentir indignos y sucios, y en consecuencia, poco a poco vamos perdiendo nuestra identidad, lo que Dios ha dicho de nosotros; nos da igual ensuciarnos más y volver a nuestra zona de confort tal y como lo hizo Pedro, pero esto pasa porque nos olvidamos que Dios es fiel aunque nosotros muchas veces somos infieles. Pedro pecó, pero Jesús fue al mar a buscar al pecador; Pedro pensaba que todo lo que Dios había dicho de él, se había destruido con ese pecado, tal vez Pedro ni se podía perdonar así mismo por lo que había hecho.

Tal vez puede que así estés tú en esta hora, pero recuerda “No podemos establecer nuestro juicio, por encima del juicio de Dios” ¿Acaso eres tú más justo que Dios? ¡No! Tú no eres más justo que Dios. Dios decide perdonarte ¿pero tú no lo decides? Dios dice “yo vine salvar a los pecadores” pero ¿tú dices “a mí no”?. No confíes en tu corazón porque “Engañoso es el corazón y perverso…(Jeremías 17:9) Si tomas en cuenta tus sentimientos y pensamientos por encima de lo escrito, invalidas lo que Dios ha dicho. No hay pecado que Dios no pueda perdonar, y si Dios perdona, tú no eres nadie para no perdonarte. Desde el instante en que te sentiste triste por pecar, desde ese mismo instante, Dios comenzó a perdonarte y a trabajar en tu vida.

Estimado/a lector/a, déjame decirte que Pedro también pecó y lloró mucho; Navegó por unos días sin esperanza, pero se encontró con el abrazo y el perdón de Jesús. Sí, es cierto, Pedro no lo merecía, tampoco ninguno de nosotros lo merecía, pero lo recibimos porque Dios decidió seguir trabajando cuando nos rendimos, decidió permanecer fiel, cuando nosotros fuimos infieles.

Si estás vivo/a, Dios puede hacer su obra maestra en ti, porque ninguna fuerza supera el poder del amor de Dios en tu vida. Cuando te sientas culpable por los pecados recuerda tomar lo que Dios dice en su palabra, y no lo que sientas, o lo que creas. Dios hoy te dice “yo deshice como a nubes tus rebeliones, y como a niebla tus pecados…vuélvete a mi…porque yo te redimí” (Isaías 44:22).

¡Dios te bendiga!