lunes, 14 de diciembre de 2015

¿Sigue a tu corazón?



¿Has escuchado frases como éstas? “Escucha a tu corazón y sigue sus pasos”, “Sigue a tu corazón y se libre”, “Sigue a tu corazón, el es el único que siempre tiene la razón”, “Si no sabes qué hacer entonces sigue a tu corazón”, Etc.

“Sigue a tu corazón” es una ideología abrazada por miles de millones de personas. Es una declaración de fe en uno de los grandes mitos culturales del mundo occidental, una ideología proclamada en muchas de nuestras historias, películas y canciones.


Esencialmente, es la creencia de que tu corazón es una brújula dentro de ti que te dirigirá a su propio norte verdadero si sólo tienes el coraje de seguirlo. Se dice que el corazón es un fiel guía que te llevará a la verdadera felicidad si sólo tienes el coraje de escuchar y actuar. La ideología dice que estás perdido y que tu corazón te salvará.

Esta ideología puede sonar tan simple, hermosa y liberadora. Es un “evangelio” tentador a creer.

Piensa un momento en ello ¿Qué te dice tu corazón? Por favor, no respondas. Tu corazón te ha guiado a hacer las cosas hoy no deseas repetir, y que de hecho quisieras olvidar. Tu corazón te dice que toda la realidad debe servir a tus deseos. A nuestro corazón le gusta pensar lo mejor de nosotros y lo peor de los demás - a menos que esos otros tiendan a pensar bien de nosotros, entonces son personas maravillosas. Pero si ellos no piensan bien de nosotros, o incluso si simplemente no están de acuerdo con nosotros, pues bien, “algo está mal con ellos”. Y aunque nuestro corazón está planteando nuestras virtudes y los errores de los demás, se puede encontrar de repente algún pensamiento inmoral o terriblemente mal como algo muy atractivo. Piensa un momento… ¿Es este el líder que deseas que guíe tu vida?

La ideología "sigue a tu corazón" sin duda no se encuentra en la Biblia. La Biblia en realidad piensa que nuestro corazón tiene una enfermedad: "el corazón es engañoso sobre todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?" (Jeremías 17: 9). Jesús, el Gran Médico, enumera los severos síntomas de esta enfermedad: "porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, injurias" (Mateo 15:19). ¿Te parece que son buenas cualidades para que alguien te lleve por buen camino? Piénsalo por un momento.

La verdad es que nadie nos miente más que nuestro propio corazón. ¡Nadie! El no nos dicen la verdad, sólo nos dice lo que queremos. No es benevolente, es patológicamente egoísta. De hecho, si hacemos lo que nuestro corazón nos dice que hagamos vamos a pervertir y empobrecer cada deseo, cada belleza, cada persona, cada maravilla, y cada alegría. Nuestro corazón quiere consumir estas cosas para nuestra propia gloria y la auto-indulgencia.

No, nuestro corazón no nos salvará. ¡Es más! Necesitamos ser salvos de nuestros corazones.

Nuestro corazón nunca fue diseñado para ser seguido, pero sí para ser guiado (Proverbios 4:23). Nuestro corazón nunca fue diseñado para ser un dios en el que creamos; fue diseñado para creer en Dios (Hechos 8:37). Nuestro corazón no fue diseñado para ser alabado, fue diseñado para alabar a Dios (Salmos 9:1).

Si hacemos a nuestro corazón un dios y les pedimos que nos guíe, nos llevará a la miseria narcisista y en última instancia a la condenación (Romanos 8:6).

Por lo tanto, NO sigas a tu corazón, sigue a Jesús. Él es tu pastor (Salmo 23; Juan 10:9). Escucha su voz en su palabra y síguelo (Juan 10:27). Sólo Dios te puede conducir por un camino exitoso. En Mateo 11:30 Jesús nos afirma que “mi yugo es fácil, y ligera mi carga”. Y en Jeremías 29:11 el Señor nos dice: “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de desgracia, para daros un porvenir y una esperanza”.

Si te dejas guiar por Dios tendrás un futuro seguro.

¡Dios te bendiga!

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