viernes, 3 de junio de 2016

¡Un mensaje de alerta!


¿Por qué será que la tendencia de casi todos los videos y las publicaciones de la mayoría de los hermanos vienen a hablar más del bienestar y la prosperidad del hombre que de la salvación de las almas? Ya hasta parecemos charlistas motivacionales:

- Dios TE va a prosperar.
- Tú vas a ser grande en Dios.
- Tú desierto es la antesala de Tu victoria.
- Tú bendición está cerca, etc, etc, etc.

¿Acaso el evangelio ya se trata solo de los beneficios del hombre para esta vida?, ¿de acumular tesoros en la tierra?, ¿ya no se trata más de obedecer a Dios y amarlo por sobre todas las cosas y de amar luego a tu prójimo como a ti mismo?


¿Acaso ya no hay que cargar ninguna cruz para seguir a Cristo?... ¿Desde cuándo el evangelio pasó de ser Poder de Dios para salvar las almas, (Romanos 1:16) a ser poder de Dios solo para “resolver nuestras grandes metidas de patas”? Alguien por favor dígame, ¿Desde cuándo para el Cristiano su propia prosperidad se volvió su primera meta?

¿Por qué ya no se habla de estas cosas?:

- Cristo y su propósito de salvación.
- El amor de Dios y el amor para tu prójimo.
- La Obediencia a Dios.
- El Arrepentimiento.
- La Santidad.
- El Perdón.
- El Desprendimiento.
- La Cruz
- La segunda venida de Cristo.
- El infierno a causa de la desobediencia.

Todos parecen temas obsoletos, porque esta generación parece estar tan enfocada en resolver sus problemas cotidianos, en alcanzar metas cortas para esta vida, que han descuidado la verdad más importante. Esta corta vida no es más que el examen de aprobación que define a dónde irá tu alma.

Satanás tiene una estrategia para que la gente olvide a Dios y las cosas que él ha hecho por nosotros. Está usando a “predicadores” para hablar de todo menos de lo que pasó en el calvario, ni de la cruz y mucho menos de Cristo. Hoy todo se resume en bendiciones y cumplimiento de metas individualistas.

En el antiguo Israel el diablo fue creando distracciones para que las nuevas generaciones olvidaran lo que Dios había hecho por sus padres en Egipto y en el desierto, (Jueces 2:12-13) y de igual manera Satanás quiere que la gente de hoy olvide lo que pasó en el calvario, por eso usa a cristianos desenfocados a transmitir un mensaje barato y que desconecta a la gente de la cruz.

¡RECUERDA QUE LO ETERNO NO TIENE FIN!

Yo no soy un comerciante, no estudié publicidad y no voy a intentar convencerte de "consumir un producto" para suavizarte la vida. No se trata de eso, se trata de LA SALVACIÓN DE TU ALMA y de que si te arrepientes, Él (Dios) va a estar allí contigo en medio de tus problemas, (problemas que te creaste tu mismo/a ¿recuerdas?) e irá mostrándote siempre el camino y si OBEDECES pasarás la prueba y Él puede abrirte nuevas puertas, pero si no las abre, igual tienes que obedecer... ¡ESO ES ASÍ!!

Porque cuando decidimos convertirnos a Cristo, ya no somos nosotros mismos nuestra primera prioridad, pasamos a ser segundo en nuestras propias vidas. Y hasta que no lo comprendamos y comencemos a vivir de esta manera, muchas cosas no nos harán sentido en nuestra vida de cristiano.

La salvación de las almas, comenzando con la tuya es lo primero... y para eso es necesario mucho menos de ti y mucho más de Cristo.

El apóstol Pablo le escribió a Timoteo lo siguiente: “Ocúpate en estas cosas; permanece en ellas, para que tu aprovechamiento sea manifiesto a todos. Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren1 Timoteo 4:15-16 (énfasis añadido) De esto se trata el evangelio, de SALVACIÓN, no de autosatisfacción.

Y el predicar la verdad no es asunto de gloriarse, ya que esto no es un entretenimiento, esto es un DEBER dado por Dios. “Porque si predico el evangelio, no tengo nada de qué gloriarme, pues estoy bajo el deber de hacerlo; pues ¡ay de mí si no predico el evangelio! 1 Corintios 9:16

Lamento si con este mensaje no pasé la prueba de alimentar tus esperanzas, hacerte creer grande y que todo estará bien... Lo siento, pero no se trata de ti, se trata de Cristo. Los verdaderos remedios son amargos, pero te curan la enfermedad.

¡Estemos alerta mis hermanos!

¡Dios les bendiga a todos!