sábado, 10 de septiembre de 2016

¿Reencarnación en la iglesia de Cristo? Cuando una idea "inocente" se convierte en herejía.


El concepto “reencarnación” hace referencia a la existencia de una esencia en el ser humano que vuelve una y otra vez a un soporte material (un cuerpo). Esto quiere decir que, tras la muerte de una persona, una parte de ésta (su espíritu) vuelve a la vida (al mundo físico) a través de la reencarnación.

Hoy se escuchan a muchos predicadores modernos, a través de la televisión, la radio, en congresos y demás, decir o más bien invocar que el espíritu de tal persona de la antigüedad (generalmente el espíritu del profeta Elías, del rey David, de Débora, Esther, el apóstol Pedro, Pablo, etc.) vienen sobre la vida de tal persona. Al momento de ministrar imponen sus manos sobre alguien y le dicen esas palabras con el objetivo de animar a los creyentes para que éstos se “fortalezcan”. Pero surgen las preguntas: ¿Qué tan bíblica es esta práctica?, ¿Realmente el espíritu de esos antepasados viene a “vivificar” a los débiles en la actualidad?


En primer lugar quiero destacar que Dios no creó nada a medias, todo lo creado por Dios fue “…bueno en gran manera…” Génesis 1:31. Y el hombre no fue la excepción; Jehová puso en el hombre su espíritu (vea Génesis 2:7). Cada ser humano creado tiene un espíritu dado por Dios.

En segundo lugar, cuando una persona muere su espíritu no se queda rondando en la tierra ni pasa a vivir en otra persona para “fortalecerlo”, cuando alguien muere su espíritu REGRESA a Dios (Vea Eclesiastés 12:7) de manera que los espíritus de los siervos de Dios de la antigüedad regresaron a Dios desde el momento de su fallecimiento. Cabe destacar que en el caso del profeta Elías quien subió al cielo sin ver la muerte (vea 2 reyes 2:11), su cuerpo, donde quiera que esté, aún conserva su espíritu.

En tercer lugar, durante los días en que nuestro Señor Jesucristo estuvo en la tierra NUNCA nos prometió que nos daría el espíritu de ninguno de esos personajes para fortalecernos, Jesús nos prometió el ESPÍRITU SANTO (vea Juan 14:15-18; Hechos 1:4-5). De manera que, a parte de nuestro propio espíritu (dado a cada ser humano) el Espíritu Santo de Dios viene a morar en los que le servimos a Dios (vea 1 Corintios 3:16).

El concepto de la reencarnación es totalmente sin fundamento en la Biblia, que nos dice claramente que nos morimos una vez y luego enfrentamos el juicio (Hebreos 9:27). La Biblia nunca menciona que la gente tiene una segunda oportunidad en la vida o que vuelve como diferentes personas o animales. Jesús le dijo al criminal en la cruz, “Hoy estarás conmigo en el paraíso” (Lucas 23:43), no “tendrás otra oportunidad para vivir una vida en la tierra.” Mateo 25:46 específicamente nos dice que los creyentes pasan a la vida eterna mientras los incrédulos al castigo eterno. La reencarnación ha sido una creencia popular durante miles de años, pero nunca ha sido aceptada por los cristianos o los seguidores del judaísmo porque es contradictoria a las Escrituras.

El único pasaje al que señalan algunos como evidencia de la reencarnación es Mateo 17:10-12, que une a Juan el Bautista con Elías. Sin embargo, el pasaje no dice que Juan el Bautista era la reencarnación de Elías sino que Juan habría cumplido la profecía de la venida de Elías si la gente hubiera creído sus palabras y así hubiera creído en Jesús como el Mesías (Mateo 17:12). La gente preguntó a Juan el Bautista si él era Elías, y él dijo, “No lo soy” (Juan 1:21).

La creencia en la reencarnación es un fenómeno antiguo y es un principio fundamental dentro de la mayoría de las tradiciones religiosas Indias, como el hinduismo, el sijismo y el jainismo. Muchos paganos modernos también creen en la reencarnación como algunos movimientos de la Nueva Era, junto a los seguidores del Espiritismo. Para el cristiano, sin embargo, no puede haber ninguna duda: la reencarnación es antibíblica y debe ser rechazada como falsa.

El Espíritu Santo de Dios hace Su obra de manera excelente y no necesita ningún otro espíritu que lo ayude a fortalecer a los siervos del Señor. Su labor es más que suficiente para que completemos la carrera de la fe y alcancemos la vida eterna.

No caben dudas de que esos hombres y mujeres citados en las escrituras hicieron una buena labor, cada uno de ellos cumplió el propósito de Dios para sus vidas y verdaderamente son un ejemplo para nuestros días. Pero una cosa es que imitemos su caminar con Cristo, y otra muy distinta es querer invocar sus espíritus para que “vengan a ayudarnos”; esa práctica se conoce como espiritismo.

Amado lector, amigo, hermano, confiemos en Dios y en la ayuda que nos provee a través del Espíritu Santo, eso créanme, ¡es más que suficiente para nosotros! Jesús, momentos antes de ascender al cielo les prometió a sus discípulos, y con ellos a nosotros, que recibiríamos poder cuando el ESPÍRITU SANTO haya venido sobre nosotros y este poder nos llevaría a predicar el evangelio en toda la tierra (vea Hechos 1:8)

Finalmente les quiero regalar este versículo que el Espíritu Santo nos dejó a través de las manos del apóstol Santiago.

Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.


¡Dios les bendiga!