domingo, 17 de abril de 2016

Necesitas detenerte por un momento


Te levantas muy justo con el tiempo, en poco más de media hora debes entrar a trabajar o comenzar los quehaceres del hogar para que todo funcione correctamente. Apenas desayunas y ya te embarcas en la empresa de comenzar un día lleno de actividades. Mentalmente haces un recuento de todo lo que debes hacer, tratas de no olvidarte nada para que no se te acumulen las cosas ni tengas nada que lamentar. Mientras te tomas el té o el café a mil agradeces a Dios por el nuevo día que te permite vivir y enseguida recuerdas algo que no se te puede pasar. Y así comienzas tu día, tan apresuradamente que cuando quieres acordar ni la Biblia alcanzaste a abrir y si lo hiciste leíste lo primero que encontraste a las apuradas como para cumplir con tu conciencia. El día pasa y terminas tapado de actividades, entre las fijas y los emergentes que nunca faltan. Para cuando llegó la noche estás tan cansado/a que sólo quieres relajarte en un momento de ocio e irte a dormir.


 Así es como se nos va la vida en un círculo vicioso que parece interminable. El trabajo y los quehaceres nos consumen tanto tiempo y energías que ya no queda espacio para estar en familia y ni hablar de apartar un tiempo para estar con Dios.

Cuando nos queremos dar cuenta comenzamos a vaciarnos de Dios, porque los días, semanas, meses y años se nos van en las cosas superfluas de la vida que, aunque varias son indispensables (como el trabajo), el punto está en que descuidamos nuestra vida espiritual y familiar, a tal punto que ya no recordamos cuándo fue la última vez que estuvimos con el Señor disfrutando de su presencia; y tampoco nos acordamos de cuándo fue la última vez que disfrutamos de la compañía de nuestra familia.

Si ese es el tipo de vida que llevas ¡NECESITAS DETENERTE POR UN MOMENTO y reflexionar! ¿Por cuánto tiempo más soportarás ese trajín? ¿No notas que se te acaban las fuerzas rápidamente? ¿Que si no buscas a Dios tu vida va dejando de tener el mismo sentido? ¿Que no eres ni puedes hacer nada si Él no ocupa el primer lugar en tu vida?

¿DÓNDE ESTÁ LA CLAVE DEL PROBLEMA?

Justamente en que no estás yendo a la fuente, a la fuente de vida eterna que es nuestro Dios. Tanto permitir que las actividades te consuman, abandonas tu lugar, qué únicamente está en el corazón del Padre amoroso, que tanto desea comunicarse contigo. Y te aseguro que Él es el primer interesado en darse a conocer a ti en un tiempo de intimidad diario. 

En la siguiente ocasión Jesús va a la casa de Marta y María, dice Lucas 10:39 que María se sentó a los pies de Él para oír sus palabras. Los versículos 40 al 42 relatan lo que sigue a continuación:

“Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude. Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada.”

Jesús llegó a casa de estas mujeres para compartir de su Reino con ellas pero se encontró con dos actitudes muy distintas. Si pones atención en la disposición de cada una ante la visita del Señor con cuál te identificarías ¿Qué le estás diciendo al Señor con tus hechos? “Aquí estoy Padre, no puedo vivir sin ti, háblame ¿Qué quieres de mí?” o le dices “Ahora estoy demasiado ocupado para escucharte, mejor más tarde” (y ese momento nunca llega).

Marta quería servir al Señor de la mejor manera posible pero en sus fuerzas, cuando de nada sirvió ¿En qué se glorifica Dios si todo lo haces tú? ¿Cómo puedes escucharlo si estás aturdido de ocupaciones? Si tu mente está en cualquier cosa menos en Él ¿Cómo se supone que crecerás espiritualmente?

Muchas veces, pretendiendo servir al Señor terminamos “ocupándonos” más de su obra que de estar con el Señor de la obra, cuando 1 Corintios 1: 9 nos dice: “Fiel es Dios, quien los ha llamado a tener comunión con su Hijo Jesucristo, nuestro Señor.” (NVI)

¿Crees que puedes atender al llamado de conocer a Cristo si sigues viviendo afanado y turbado por tantas cosas?

¿Te imaginas al Señor tomándose un tiempo para visitarte y tú tan lleno de tareas que ni cuenta te das? De hecho, es lo que suele pasar siempre. Mientras Marta tenía una actitud de indignación porque quería que su hermana le ayudara, María aprovechó a Jesús al máximo, ella sí comprendió la importancia de dejar todo a un lado para atender al Único que merece toda nuestra atención.

Para la desenfocada Jesús expresó estas palabras: “Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada.

A Dios nada se le escapa ¿Por qué crees que esto quedó registrado en su Palabra? Porque sabía que incesantemente tendemos a distraernos de su persona por atender esas muchas cosas que desvían nuestra mirada de Él.

“Pero sólo una cosa es necesaria” ¡Oh, qué palabras tan maravillosas! ¿No quieres ser como esa mujer que eligió quedarse con la mejor parte? ¿Quién podrá quitarte lo que vivas con el Señor en lo personal?

¿QUÉ HACER?

Así dice el SEÑOR: Paraos en los caminos y mirad, y preguntad por los senderos antiguos cuál es el buen camino, y andad por él; y hallaréis descanso para vuestras almas. Pero dijeron: ``No andaremos en él.” (Jeremías 6:16)

Israel se había desviado de la senda de justicia para seguir la de la idolatría y la iniquidad y Dios lo llamaba para que volviera a las sendas antiguas del pacto y de la ley de Moisés. De igual manera, debes meditar sobre el camino que estás recorriendo, si es por el que comenzaste a transitar cuando estabas enamorado del Señor o si te desviaste tanto que ya no sabes ni dónde te encuentras. No es necesario que te hayas ido al mundo, pero de un momento a otro comenzaste a dejar de buscarlo y ese descuido desplazó a Dios del lugar que le corresponde en tu corazón.

Si se apagó tu primer amor con el Señor, clama a Él y pídele que avive el fuego que una vez ardió en tu interior por estar en su presencia. Si consideras que sólo quedan cenizas recuerda que Dios creó todo de la nada y que está dispuesto a reconciliarse contigo aunque le hayas fallado.

Andar en los caminos de Dios es descanso para nuestras almas. Él es nuestra paz, nuestro gozo, nuestro amor, nuestro todo ¡Y debe serlo por siempre! No permitas que la ocupación te robe tu tiempo de intimidad. Si lo buscas a Él primero todas las demás cosas vendrán por añadidura (Mateo 6:33) sabiendo que separados de Él realmente nada con valor eterno puedes hacer (Juan 15:5).

Hoy el Señor te pide que dejes lo urgente para enfocarte en lo importante. Quiere darte el descanso que tu alma está pidiendo a gritos y que vuelvas a ubicarte en tu lugar, su corazón. Sí, sólo allí estarás seguro/a. De hecho, fuiste creado/a, nada más y nada menos que para formar parte del corazón del Padre y que Él ocupe Todo Tu Corazón.

Si esto es lo que quieres te invitamos a hacer esta oración:

“Padre, perdóname por hacerte a un lado ocupando tu lugar con cosas que de nada aprovechan, reconozco que ya no puedo más, que sin ti no puedo vivir, que te necesito desesperadamente. Ayúdame a restaurar mi comunión contigo, dame las fuerzas que necesito para comenzar de nuevo y aprender a amarte cada vez más y mejor. Agradezco tu fidelidad y tu amor tan grandes más allá de lo que soy. De ahora en más, decido ser por siempre tuyo/a. Amén”


¡Dios te bendiga!